La Conferencia Episcopal de Chile, planteó sus inquietudes frente al proyecto de ley del aborto impulsado por el Gobierno.

“A quienes ocupan cargos de autoridad los exhortamos a proteger a toda persona, especialmente a los más débiles y desvalidos, y a amar y respetar por igual a la madre y su hijo”, se puede leer en el documento de la Conferencia Episcopal.

En el documento, publicado por El Mercurio, se hace un llamado a “los legisladores cristianos les recordamos con fuerza su irrenunciable e inexcusable deber de promover leyes justas y de no colaborar con una ley del aborto. Nadie está en conciencia obligado a realizar lo injusto, y menos a dañar el bien común”.

Cabe recordar que este inserto aparece en la víspera del cónclave de la Nueva Mayoría que llevará a cabo este lunes, donde se espera que el bloque oficialista defina las líneas de acción para los próximos años.

En la síntesis del mensaje de la Conferencia Episcopal se enfatiza que el aborto “nunca es terapéutico”.

“Sostenemos que no constituye aborto la acción de suyo terapéutica para salvar la vida de una madre en peligro, cuando no busca eliminar directamente la vida de la persona concebida, aunque su muerte sea una posibilidad prevista, aunque no querida o buscada”, indica el documento.

“Si la criatura falleciera como consecuencia no deseada ni intentada de un procedimiento directamente orientado a sanar a la mujer en situación de grave riesgo, no se podría calificar de aborto”, explica el texto.

Respecto al concepto de “inviabilidad del feto” considerado en la legislación propuesta, la Conferencia Episcopal asegura que “el respeto irrestricto a toda vida humana indefensa e inocente, como también la dificultad de diagnosticar con completa certeza la situación en la que nacerá el niño esperado, impide fundamentar la necesidad de aborto para estos casos”.

Sobre la causal en que una mujer fuera víctima de violación, “no nos parece ‘humano’ dejarla sola en el drama que ha sufrido, y tampoco es ‘humano’ privar de la vida al más indefenso e inocente, que es su hijo. No queremos sumar niños no nacidos a la lista no pequeña de personas y grupos que Chile deja fuera de su mesa y, que como ha dicho el Papa Francisco, son como seres ‘descartables’”.

La Iglesia Católica chilena apuntó la necesidad de contar con un Estado y una sociedad “activos y presentes” en el apoyo a las madres y sus hijos.

Finalmente, se hace un ferviente llamado a los que promueven junto a la Iglesia la defensa de la vida y dignidad de los perseguidos políticos que sean consecuentes, “pues el respeto a la vida debe mantenerse en toda circunstancia”.

En tanto, los obispos de Los Ángeles, Felipe Bacarreza; de Illapel, Jorge Vega; de Villarrica, Francisco Javier Stegmeier; de Chillán, Carlos Pellegrin, y de Iquique, Guillermo Vera, junto a la Organización Acción Familia, también suscribieron una carta abierta en El Mercurio, dirigida a los parlamentarios católicos de sus diócesis en torno al proyecto del aborto, el cual se discutirá esta semana en la Comisión de Salud del Parlamento.

En este inserto aseguran que “nos dirigimos a ustedes, honorables parlamentarios, que representan en el Congreso a los fieles de nuestras diócesis, en especial a aquellos que se reconocen como católicos, para exhortarlos a que se opongan a esta iniciativa”.

“El proyecto propuesto por el Poder Ejecutivo pone en estado de indefensión jurídica a todos los no nacidos menores de 12 semanas de gestación y, en la práctica, abrirá camino a una forma de legalización del aborto libre”, señala el texto.

Por último, los obispos firmantes en la carta plantean un recordatorio de conciencia y aseguran que “por ocasión de las próximas elecciones, recordaremos a los fieles la prohibición moral de dar el voto a favor de un candidato que haya apoyado el proyecto de aborto”.