Sin documentos que avalaran su procedencia institucional, cinco carabineros de fuerzas especiales habrían agredido severamente a un gendarme en Talcahuano. Lo habrían confundido con un delincuentes del sector. El gendarme interpuso la denuncia en la Fiscalía Militar para buscar responsabilidades.

“Actuaron como unos animales”, fue la frase que usó Osvaldo Sandoval para resumir la violencia de la que fue objeto el sábado pasada la medianoche, cuando cinco funcionarios de fuerzas especiales irrumpieron su hogar.

En el suelo lo redujeron y golpearon hasta que su esposa bajó del segundo piso gritando que se trataba de un funcionario de Gendarmería y que nada tenía que ver con la acusación de la que era objeto. Una acusación que escuetamente le informaron, sin orden de allanamiento ni identificaciones.

Mostrando los rastros de la golpiza en su espalda, cuello y piernas, Osvaldo relató lo que vivió junto a su señora y sus dos hijas pequeñas esa noche.

Los golpes sólo cesaron una vez que la esposa de Osvaldo llevó a un teniente la credencial que demostraba que el hombre, abajo reducido, era gendarme de la cárcel concesionada Bío Bío. Las contradicciones de la vida, expresó Osvaldo, porque él trabaja en los módulos de máxima seguridad del penal.

La confusión se gestó porque el viernes en el pasaje 2 poniente, a tres calles de su casa en Población Esmeralda de Talcahuano, un sujeto de similar contextura, baleó a una menor y un adulto, le explicaron tras dejarlo libre.

Decepcionado de la Institución, aseguró estar Osvaldo. Tiene un historial de familiares en las fuerzas armadas, en Gendarmería y en Carabineros y reflejo de eso son las paredes de su casa.

Hasta la Fiscalía Militar llevó este lunes los últimos antecedentes, porque interpuso allí la denuncia en busca de responsabilidades. Luego, vendrá la presentación de una demanda civil por daños y perjuicios, adelantó.

Consultada la institución, Carabineros desestimó referirse a los hechos, para no entorpecer la investigación, manifestó.