La empresa estadounidense SpaceX intentará “no antes del miércoles” lanzar su primera cápsula espacial a órbita y traerla de regreso, en una prueba clave para el futuro de los vuelos comerciales espaciales.

La nave Dragon, que no irá tripulada por ahora, tiene asientos para siete personas y una amplia bodega de carga, y viaja con el objetivo de alcanzar la órbita terrestre y caer en el océano Pacífico unas cinco horas después, informó la compañía.

El lanzamiento estaba previsto inicialmente para el martes, pero problemas técnicos con el cohete Falcon 9 forzaron a la compañía a posponer el despegue de muestra, según el presidente de SpaceX, Gwynne Shotwell.

Luego, un comunicado de la NASA especificó: “Un lanzamiento demostrativo del cohete Falcon 9 del SpaceX para el programa de los Servicios de Transporte Orbital Comercial fue reprogramado para no antes del miércoles 8 de diciembre”.

La cápsula con forma de bala, que podría algún día proveer suministros a la Estación Espacial Internacional (ISS), despegará de Cabo Cañaveral en Florida (sureste).

La operación tiene el objetivo de mostrar la habilidad de la cápsula de despegar y separarse del cohete Falcon 9, orbitar la Tierra, transmitir señales, recibir órdenes y luego reingresar a la atmósfera del planeta para ser recuperada en el océano.

Nunca antes una nave espacial privada ha realizado con éxito esta hazaña y la operación conlleva riesgos importantes.

Entre ellos, la nave debe maniobrar en órbita a velocidades de más de 27.000 Km por hora, sobrevivir un abrasador reingreso al planeta y maniobrar un paracaídas de seguridad para su amarizaje.

SpaceX dijo en un comunicado que Dragon, que no tiene alas a diferencia de los transbordadores espaciales, controlará su reingreso a través de sus “propulsores Draco a bordo, que permiten a la nave aterrizar en una locación muy precisa, a pocos cientos de metros de su objetivo”.

El presidente Barack Obama espera que el sector privado ayude a llenar el vacío que quedará desde que la flota de transbordadores de la Nasa sea retirada el próximo año, y hasta que se desarrolle la próxima generación de naves espaciales. Durante este período, Estados Unidos dependerá de las naves rusas Soyuz para acceder a la ISS.