Una mordedura o un arañazo de gato conllevan ciertos riesgos particulares y es común que se infecten. La enfermedad del arañazo de gato (o fiebre por arañazo de gato) es un tipo específico de infección bacteriana que se produce cuando un gato muerde o araña tan fuerte que rasga la capa superior de la piel o cuando lame una herida abierta, explican desde la Clínica Mayo de Estados Unidos.

Se calcula que el 40 por ciento de los gatos porta esta bacteria en particular, debido normalmente a haberse expuesto a pulgas o a otro animal infectado. Sin embargo, la mayoría de los gatos con esta infección no muestra ningún signo de enfermedad.

Los síntomas de la enfermedad del arañazo de gato aparecen dentro de las primeras dos semanas del contacto con el animal infectado. Se presenta hinchazón y enrojecimiento alrededor de la herida, además de posible fiebre, dolor de cabeza, poco apetito y cansancio.

“La característica más notoria de la enfermedad es la presencia de ganglios linfáticos sensibles e hinchados cerca de la herida, que suelen permanecer hinchados durante meses. Aunque la enfermedad pasa por sí sola en las personas sanas, también se puede recomendar un tratamiento con antibióticos. En raras ocasiones, la enfermedad puede provocar complicaciones graves, sobre todo en niños menores de 5 años y en personas con debilitamiento del sistema inmunitario”, explica el Dr. Christopher Boswell, de Medicina Familiar de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

Un estudio de Mayo Clinic informó que 1 de cada 3 personas que buscan tratamiento por una mordedura de gato en la mano tiene que hospitalizarse y que la mayoría de estos ingresos al hospital requieren una operación para extirpar el tejido infectado. La razón para esta cirugía es que la penetración fue lo suficientemente profunda para permitir que se depositen bacterias en las articulaciones o en las capas protectoras que rodean los tendones.

Existen medidas que puedes tomar para prevenir las infecciones por mordeduras o arañazos del gato y son las siguientes: lávate las manos después de haber estado en contacto con un gato; no forcejees ni provoques al gato y tampoco permitas que los niños pequeños persigan al gato ni lo molesten; si el gato te muerde o araña, lava bien el área con jabón y agua potable.

Si es una mordedura, anda al médico, aunque te parezca que la herida es pequeña. No olvides informar si la mordedura es de un gato de la calle o salvaje. Es posible que te recomienden recibir tratamiento preventivo contra la rabia.

Si eres dueño de un gato, manténle con las uñas cortas y ten cuidado cuando se las cortes. Asegúrate de que tu vacuna contra el tétanos esté vigente y no olvides actualizarla cada 10 años. Mantén a los gatos dentro de casa para reducir al mínimo su exposición a otros animales infectados. Por último, trata al gato con medicamentos para prevenir pulgas.