Femicida de niña de 12 años le mandó mensajes a la madre de ella desde la cárcel
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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.
En un mensaje enviado desde la cárcel de Florencio Varela, Jonathan Luna, condenado por el asesinato de Micaela Ortega, pidió perdón a la madre de la niña. Luna, que ahora se identifica como mujer, cumplió condena por engañar, secuestrar y matar a la pequeña de 12 años. Tras recibir los mensajes, la madre de Micaela compartió la conversación en redes sociales, generando indignación. La abogada de la familia pidió sanciones para Luna, quien desde prisión intentó contactar a otras chicas.
En Argentina, Jonathan Luna se hizo pasar por una adolescente para contactar a Micaela Ortega (12), a quien estranguló y arrojó en un descampado. En prisión comenzó a autopercibirse mujer, se cambió de pabellón, y ahora tuvo la desfachatez de escribirle a la madre de la víctima.
El mensaje apareció en la bandeja de entrada de Facebook de Mónica Cid a las 18:30 de un miércoles. Corto y sin vueltas, pero capaz de generar en su cuerpo la misma frialdad del crimen de su pequeña hija ocurrido hace nueve años. Aunque la biografía del remitente lo ubicaba en “Mar del Plata”, la madre de Micaela Ortega (12) sabía que el texto provenía de la cárcel, precisamente, desde la Unidad Penal N° 32 de Florencio Varela, en Buenos Aires.
“Espero que algún día pueda perdonarme”, escribió el remitente bajo el nombre “Jon Jony”. Es, en realidad, Jonathan Luna, hoy de 35 años. O Yoana Luna, ya que desde 2022 se autopercibe mujer y cambió tanto su género como el pabellón, tal como permite la ley argentina. Ahora reside, por protección, en el de los reclusos trans.
Luna cumple una condena desde 2017 por haber engañado, secuestrado y asesinado a Micaela Ortega, una niña de 12 años de Bahía Blanca, al sur de la provincia de Buenos Aires, en lo que fue el primer caso de Argentina con condena a prisión perpetua por grooming (engaño pederasta) seguido de muerte.
Desde su acceso a Facebook, un beneficio que muchos presos disfrutan tras las rejas y del que abunda contenido en las redes sociales, el condenado no hizo ninguna mención a su realidad por quitarle la vida a una nena de 12 años, a quien justamente también había fingido otra identidad para el macabro encuentro. Por entonces se hacía llamar “La Rochi de River” con la presunta apariencia de una adolescente más.
“El asesino de mi hija con tanta vida. Y Mica, en un nicho frío y solitario”
Fue el 23 de abril de 2016 cuando Jonathan Luna, entonces de 26 años, llevó a la trampa a la pequeña Micaela Ortega. Durante semanas se había hecho pasar por “La Rochi de River”, una supuesta adolescente de 12 años -la misma edad de la víctima- con un falso perfil de Facebook.
Para convencerla de la amistad, el femicida le pidió una plancha de pelo, la citó en una esquina lejos de casa y le dijo “Te va a ir a buscar un primo mío” para que no se asustara al ver a un hombre y no a “La Rochi”.
Luna intentó violar a Micaela, la golpeó en la cabeza y la estranguló con una remera. Le robó la mochila y, días después, ofreció la plancha de Micaela a unos mil pesos argentinos en otra de sus cuentas de la red social. El cuerpo de la menor apareció el 28 de mayo, en un descampado junto a la ruta 3, a la altura de Ingeniero White, a más de siete kilómetros de su natal Bahía Blanca.
En ese momento, el asesino estaba prófugo, ya que dos años antes, en 2014, se había escapado durante una salida transitoria mientras cumplía condena en la provincia patagónica de Río Negro por robo calificado.
Para octubre de 2017, el Tribunal Oral Criminal N° 1 de Bahía Blanca lo declaró culpable de homicidio triplemente calificado -por haberse cometido sobre una mujer, por violencia de género, alevosía y para ocultar otros delitos-, en concurso con acoso tecnológico y robo. Recibió prisión perpetua que, por reincidencia, no le permitirá pedir libertad condicional hasta completar los 35 años de encierro.
Mucho antes de ese régimen, el 6 de agosto pasado, Mónica Cid, la madre de Micaela, vio la notificación de “Jon Jony” y no le respondió. Tres horas después, recibió el segundo mensaje: “Espero que algún día usted me pueda perdonar”. Y un tercero, esta vez con un matiz que la enfureció: “Hoy estoy pagando mi error”. Para Luna, matar a una niña de 12 años sigue siendo una simple equivocación.
La mujer decidió no callarlo. Al día siguiente, volcó la captura del chat en su perfil de Facebook y se hizo viral: “En estos momentos me siento morir, el asesino de mi hija con tanta vida. Y Mica, en un nicho frío y solitario”.
Facebook de la madre de la víctima
Mónica condensó los nueve años acumulados de bronca con la frase: “Nosotras, perpetua. Jonathan Luna, más vivo que nunca, maldita justicia”.
La abogada de la familia, María Fernanda Petersen, presentó un escrito urgente para que requisaran el calabozo del femicida y lo sancionaran. Entonces, el juez de Ejecución Penal N° 1 dispuso que se le prohíba tener contacto con la mamá de Micaela o cualquier integrante de la familia.
Para la letrada, lo cometido por Luna es “una locura” y refleja “un nivel de perversión alarmante”, recordando que desde prisión ya había intentado contactar a otras chicas mediante un celular.
La “Ley Mica Ortega” (N° 27.590), sancionada por el Congreso trasandino en 2020, establece campañas obligatorias de prevención y concientización sobre acoso digital infantil. Cada 13 de noviembre, el país recuerda su nombre en el Día Nacional de la Lucha contra el Grooming, delito penado por la Ley N° 26.904.
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