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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El "Jeffrey Dahmer argentino" Matías Jurado, detenido en Jujuy por el homicidio de un hombre sin techo, es investigado por otras cuatro desapariciones similares. Acusan que salía a "cazar" hombres vulnerables, ofreciéndoles trabajos temporales o alcohol para llevarlos a su casa, donde presuntamente los asesinaba, descuartizaba y hasta alimentaba a sus perros con los restos humanos. Su sobrino, con quien convivía, está bajo contención psicológica. La casa es descrita como un "cementerio doméstico", hallándose huesos humanos y utensilios usados en los crímenes.

El reciente caso de Matías Jurado (37), en Jujuy, recuerda al del asesino serial estadounidense que también convivía con los restos de sus víctimas cuidadosamente seleccionadas. Lo investigan por el crimen de un hombre y otros cuatro desaparecidos.

Algunos vecinos lo veían caminar por las calles de Alto Comedero, un barrio periférico en la ciudad norteña de San Salvador de Jujuy (Argentina), con un machete al hombro. Otros con un bulto, como quien carga la bolsa del pan cada mañana. Varios sabían que Matías Jurado, de 37 años, era el artífice de robos menores por la zona junto a su sobrino, un adolescente de 17 con quien vivía en una casa venida a menos.

Sin embargo, ninguno había acertado sobre la historia que ocultaban sus paredes despintadas, el olor nauseabundo y el desorden por doquier: un infierno de huesos bajo tierra y otros como reemplazo del alimento balanceado en los comederos de sus perros.

Matías Jurado está detenido desde la semana pasada con prisión preventiva acusado por el homicidio de Jorge Omar Anachuri, un hombre de 67 años en situación de calle que desapareció el 25 de julio pasado. La causa que lo tiene en la mira de la Justicia se pone más turbia: lo investigan por otras cuatro desapariciones, todas de personas sin techo, con problemas de salud mental y/o en vulnerabilidad extrema.

La lista de víctimas abarca a Juan Carlos González (60), Juan José Ponce (51), Miguel Ángel Quispe (60) y Sergio Alejandro Sosa (25).

Los viernes de cacería del presunto asesino serial de Jujuy

Según consta en la investigación a cargo del fiscal Guillermo Beller, el “Jeffrey Dahmer argentino” salía cada viernes a “cazar” gente, especialmente en zonas pobladas por hombres que dormían en la calle o se refugiaban en espacios públicos, como plazas o inmediaciones de la terminal.

Aseguran que Matías Jurado entablaba conversaciones breves y ofrecía “changas” -trabajos pasajeros- o alguna bebida alcohólica para ganar confianza. Una promesa sencilla, casi tentadora, para quienes vivían al margen de todo y necesitaban un mango (algo de dinero) para salir del apuro. De esta forma, conseguía que lo acompañaran hasta su precaria casa, ubicada en una esquina poco transitada del barrio Alto Comedero.

El acusado residía allí con un chico de 17 años, su sobrino. Pero, de acuerdo a la declaración que dio el adolescente en Cámara Gesell, cada vez que su tío llegaba con alguien, él se retiraba. Tras destaparse el macabro caso, el menor está hoy junto a su abuela y recibe contención psicológica.

Los investigadores creen que una vez con su víctima dentro, Jurado actuó solo. Que sometía a sus víctimas -al menos a Anachuri, el único confirmado por ahora-, las mataba y, por último, las descuartizaba.

Parte de los restos eran enterrados en el patio trasero, otros quemados en el fondo de la vivienda. Algunos terminaban en platos de comida para los perros. Así lo revelaron los peritos que, en los últimos días, recolectaron piel, pelos y cartílagos humanos en la cocina, en el predio exterior e, incluso, entre los utensilios domésticos. Como “el carnicero de Milwaukee”, ese que Netflix popularizó en una miniserie, el asesino argentino convivía junto a los cadáveres de aquellos quienes previamente había seleccionado.

La casa de Jurado tiene dos ambientes pequeños, paredes agrietadas, cocina sucia y muebles improvisados. En el patio, donde se cree que enterraba cuerpos, los peritos hallaron una pala tipo excavadora que podría haber sido usada para el ocultamiento.

La escena fue descrita como un “cementerio doméstico”. En una esquina del terreno hasta se encontraron bolsas negras con huesos humanos y otros residuos orgánicos.

Con un pasado turbio, pero gozaba de libertad condicional

Entre los vecinos del barrio jujeño, se mezcla el miedo con la incredulidad. “Era de esos que te agarraba a traición, por eso tenía problemas con todos los vecinos”, indicó uno de los lugareños al diario local El Tribuno. “El muchacho siempre fue loco, pero siempre atacaba a traición y estaba armado”, sumó otro, aportando supuestas adicciones al alcohol y a la cocaína.

El caso de Matías Jurado requirió la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el mismo que en los años 80 tuvo un rol activo en la identificación de víctimas de la última dictadura militar y que en este 2025 identificó al joven fallecido hace 30 años en un chalet lindero a la casa que habitó el músico Gustavo Cerati en Buenos Aires, para determinar si los restos recuperados en la casa pertenecen a alguna de las otras cuatro víctimas denunciadas como desaparecidas.

Hasta el momento, Jurado apenas fue imputado por el homicidio de Jorge Omar Anachuri, pero los fiscales anticipan que el expediente podría ampliarse drásticamente.

La fiscalía busca reconstruir las rutas de desaparición, indagar en los vínculos previos de Jurado con cada uno de ellos y determinar si hay más víctimas de las ya mencionadas.

“La evidencia de la investigación que recabamos con todo el equipo del Ministerio Público de la Acusación son dos cámaras en las cuales se ve a este individuo llevar a dos de los cinco desaparecidos, el impacto del celular de un tercero de ellos en el domicilio cercano a él y el hallazgo en el allanamiento de prendas de vestir”, declaró por estos días el fiscal Beller.

Jurado no es un sujeto desconocido para la Justicia. Arrastra tres condenas por robo agravado y amenazas, y una detención preventiva por homicidio cuando era menor de edad, de la que fue luego sobreseído. Por si fuera poco, suma varias denuncias por amenazas, lesiones y violencia familiar. Desde 2021 gozaba de libertad condicional por una causa por amenaza con arma en ocasión de robo.