Adolf Hitler, como dictador de Alemania, ilegalizó el partido Comunista de ese país en 1933. Ese mismo año encarceló a varios de aquellos dirigentes, y otros fueron a morir al campo de Concentración de Dachau.
Años más tarde reconocería a Stalin como su principal enemigo ideológico, este último en su rol de Secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética.
Ambos son antecedentes claros que explican el desdén que este personaje sintió por aquella ideología. Sin embargo, esto no le bastó a la política de la derecha alemana, Alice Weidel, quien en un conservatorio con Elon Musk en ‘X’ sostuvo que Hitler… “era comunista”.
“Los nacionalsocialistas nacionalizaron toda la industria. (…) El mayor éxito tras esta terrible época de nuestra historia fue etiquetar a Adolf Hitler de derechista y conservador”, indicó.
“Él era exactamente lo contrario. No era conservador. Era un tipo socialista-comunista”, agregó.
Lo cierto es que Weidel actualmente es aspirante a canciller por el partido Alternativa para Alemania, situado en la extrema derecha de aquella nación europea.
Sus dichos evidentemente han generado un debate, aunque los historiadores son claros en señalar que se trata de “expresiones falsas”.
Uno de estos fue Michael Wildt, académico en Historia y experto en Nacional Socialismo, quien sostiene que Weidel no tiene fundamentos para expresar una opinión de ese tipo.
“Hitler combatió feroz y brutalmente el marxismo desde el principio, y las primeras víctimas que fueron encarceladas, torturadas y asesinadas en los campos de concentración en 1933 fueron izquierdistas, comunistas, socialdemócratas y socialistas”, indicó en entrevista con DW.
“El Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) no tocó el principio de propiedad”, agregó.
Una idea similar tiene Thomas Weber, quien en su libro Becoming Hitler: The Making of a Nazi, sostuvo que los principios económicos del nacionalsocialismo estaban muy alejados del Comunismo.
“Desde un punto de vista económico, el comunismo pretende abolir la propiedad privada, la economía orientada hacia el beneficio, y su objetivo es transferir los medios de producción más importantes (por ejemplo, minas y fábricas) y los recursos naturales a la propiedad común”, expresó.
Hitler, nada comunista y nula relación con la izquierda
Por lo pronto, los historiadores llaman a no confundir términos ideológicos. Lo último basado en el nombre del extinto grupo político: “Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán”, el cual no tenía relación alguna con principios de izquierda.
En este sentido Vanni Pettinà, profesor de Historia Internacional de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia apunta que “la ideología de Hitler no tenía nada de socialismo, el nombre de partido confunde, pero una cosa es el nombre y otra la ideología que no es ni socialista ni solamente nacionalista, sino nazi, que es una categoría distinta”, puntualiza.
“Comunistas, homosexuales, católicos y judíos quedaron excluidos de políticas sociales como el pago de subsidios familiares por cada hijo, la consolidación y expansión del sistema de pensiones públicas, y el fortalecimiento de la salud pública”, agrega el académico.
De hecho, el experto también reflexiona algo similar a lo expuesto por Weber, respecto a la política en temas de la industria alemana.
Al contrario, grandes empresas como Porsche y BMW prosperaron aprovechándose de la mano de obra esclava procedente de los campos de concentración y exterminio, como lo menciona una reseña de “Los multimillonarios nazis” de David de Jong, publicada por The Guardian.
Hay que señalar que el único acercamiento, por conveniencia, que Hitler tuvo con el Comunismo justo antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando se firmó el pacto de no agresión entre Alemania y la URSS.
Este controvertido tratado fue llamado Ribbentrop-Molotov, debido a los nombre de los cancilleres de ambos países.