Investigan a 2 policías que forzaron un encuentro para acorralar al agresor. Pero todo se fue de control.

Dos agentes de policía en Taiwán quedaron bajo investigación por un hecho ocurrido en 2020 en el que una niña de 13 años fue víctima de agresión sexual mientras participaba en una operación encubierta a la que fue conducida por la policía, como señuelo.

Fue en Taoyuan, al norte de Taiwán, cuando una adolescente acudió a la policía para denunciar un caso de chantaje sexual al que estaba siendo sometida. Según informes, un hombre identificado como Chang intentó obligarla para tener relaciones sexuales a cambio de no publicar fotos íntimas de ella en Internet.

Además, le ofreció una suma de US$159 a cambio de tener relaciones sexuales. Ambos habían entablado contacto previamente a través de una aplicación de citas.

Los policías que se encargaron del caso pidieron la colaboración de la adolescente para llevar a cabo una operación encubierta con el objetivo de capturar al responsable del chantaje.

La menor accedió a fingir que aceptaba reunirse con el hombre para mantener relaciones sexuales. El punto de encuentro acordado fue un local de McDonald’s, donde los oficiales estuvieron presentes en forma oculta para supervisar la situación.

Policía usó a niña como señuelo

Durante el desarrollo de la operación, los policías perdieron de vista a la víctima luego de que el hombre la subiera a un auto.

En el auto, Chang obligó a la menor a practicarle sexo oral. Posteriormente, volvieron al restaurante, donde los agentes de la policía finalmente lograron capturarlo.

En ese momento, la joven no reveló a los oficiales lo sucedido en el vehículo. Fue en su testimonio durante el juicio contra Chang cuando este dato salió a la luz.

De acuerdo con documentos judiciales, la adolescente aceptó participar en la operación encubierta debido a las garantías de seguridad proporcionadas por los policías. Sin embargo, el resultado de la operación no fue el esperado, y los dos oficiales ahora se enfrentan a una investigación por negligencia.

Días antes, un portavoz de la policía había sugerido que la culpa era de la menor, pues “se le ordenó que no subiera al automóvil” y que se mantuviera en el rango de vista de los oficiales.