El investigador Joshua Rottman plantea que lo más sustentable es reducir y reutilizar, pues el reciclaje puede fomentar aún más el consumo de artículos de un uso, con la ilusión de que estás contribuyendo al medio ambiente al desecharlos por separado. Aunque no llama a dejar de hacerlo, pide informarse al respecto, ser consciente, y poner énfasis en que lo más sustentable es botar menos basura.

Reciclar suele ser la manera más práctica de contribuir como persona o familia al cuidado del medio ambiente, no obstante su aporte real estaría sobrevalorado.

Al menos así lo planteó el investigador Joshua Rottman, quien es profesor Asistente de Psicología y Estudios Científicos y Filosóficos de la Mente en Franklin & Marshall College, donde dirige el Laboratorio de Desarrollo de Valores Morales.

En una columna en Psychology Today, Rottman indicó que el “reciclaje es mucho menos sustentable de lo que la gente piensa; sin embargo, sigue siendo alabado como un medio ético de eliminación (de desechos)”.

“Las personas obtienen satisfacción moral del reciclaje, causando daños que contrarrestan los beneficios mínimos que proporciona”, afirmó.

Joshua Rottman manifestó que hay estudios que muestran que “las personas con frecuencia se involucran en un ‘reciclaje aspiracional’ y sucumben a la ‘ilusión de la huella negativa’”.

Bolsa con plásticos para reciclaje
Juan Pablo Serrano Arenas | Pexels (CCO)

Reciclaje “aspiracional”

Rottman señaló que muchas personas llenan los contenedores de reciclaje y sienten orgullo por su supuesta contribución al planeta.

“Ser un reciclador diligente parece una forma sencilla de hacer nuestra parte para minimizar los desechos destructivos. Pero el reciclaje no es tan ecológico como la gente piensa“, manifestó.

“De hecho, los estudios psicológicos indican que la satisfacción moral que obtenemos del reciclaje puede generar daños que pueden contrarrestar los beneficios ambientales mínimos que brinda”, añadió.

Esto ocurre, según el investigador, “porque se entiende ampliamente que el reciclaje beneficia a la sociedad y al medio ambiente, el mero hecho de elegir tirar los bienes usados a los contenedores de reciclaje nos hace sentir que estamos siendo sustentables”.

Contenedores de basura
Barnabas Davoti | Pexels (CCO)

No obstante, esto lleva a que muchos participen del llamado “reciclaje aspiracional”, que consiste en “arrojar artículos no reciclables como bolsas de plástico, espuma de poliestireno e incluso pañales sucios en contenedores de reciclaje en lugar de botes de basura”.

“Incluso las personas que intentan ser conscientes en la eliminación de sus desechos se involucran sin darse cuenta en malos hábitos de reciclaje, en parte porque es difícil para los consumidores saber qué es aceptable para el reciclaje”, comentó.

Si bien, el leer bien las etiquetas de reciclaje de los envases puede ayudar (como identificar el símbolo triangular de tres flechas de Mobius) no es suficiente, porque de todas maneras puedes caer en errores, opinó Rottman.

“Cometer pequeños errores al reciclar puede tener grandes efectos posteriores. Como resultado del reciclaje aspiracional, millones de toneladas de reciclaje en la vereda se desvían a vertederos o incineradores”, expresó.

“Reducir” y “Reutilizar” deben estar por sobre “reciclar”

El profesional planteó que incluso si todos comenzaran a clasificar la basura correctamente, “el reciclaje seguiría siendo ineficaz e ineficiente en comparación con la reducción o la reutilización”.

Esto ocurre porque cuando las personas consideran que el reciclaje es positivo, no se enfocan en consumir menos, especialmente artículos de un solo uso.

“Un estudio reciente descubrió que las personas con la opción de desechar el plástico en contenedores que prometían convertir las botellas de plástico en ropa tenían más probabilidades de usar selectivamente botellas de plástico en lugar de frascos de vidrio reutilizables”, expresó.

“Por lo tanto, cuando las personas sienten que su eliminación de materiales reciclables contribuye al bien público, se involucran más en comportamientos de reciclaje en lugar de reducir sus comportamientos de compra”, añadió.

En este sentido, Rotmman manifestó que “es probable que esto los haga más derrochadores, ya que el reciclaje nunca será más sostenible que reducir el consumo y reutilizar lo que ya se posee”.

Ilusión de huella negativa

También plantea que otros investigadores documentaron otro fenómeno al que bautizaron como ‘ilusión de huella negativa’, en el que las personas “valúan erróneamente que las acciones sustentables producen impactos ambientales mucho menores de los que realmente tienen”.

Como ejemplo, los participantes de un estudio “creían falsamente que comprar una hamburguesa con un complemento sustentable (una manzana orgánica) es menos perjudicial para el medio ambiente que comprar una hamburguesa sin complemento”, expresó.

Asimismo, en otra investigación, las personas opinaron -de manera errónea- que una familia con dos vehículos eléctricos híbridos tenía el mismo impacto que una con un solo vehículo híbrido. No obstante, juzgaron bien que una familia con dos automóviles convencionales contaminaba más que una familia con un solo auto.

El especialista recalca que no está llamando a dejar de reciclar, sino que debes hacerlo de forma correcta y tener un consumo consciente.

“Fomentar el reciclaje destacando su virtud es propenso a fracasar. En algunos casos, ver el reciclaje como un imperativo moral contravendrá directamente la sostenibilidad. En cambio, ser ecológico se facilitará mejor si se consideran otras opciones de comportamiento, en particular, la reducción del consumo”, expresó.

Por ello, dice, entre las “Tres R” (reducir, reutilizar y reciclar), “debemos recordar que el reciclaje ocupa el último lugar y debe verse como un distante tercer lugar en la vida sostenible”.