En Chile, los gatos y perros son las mascotas que son adoptadas comúnmente por las familias. Hasta abril de este año, se registraron más de 100 mil felinos en el Registro Nacional de Mascotas, aunque se estima que en nuestro país existen más de 1 millón de gatos en total.

Quienes cuentan con un minino en sus familias, bien conocen el temperamento y ternura que tienen… como también lo mucho que les gusta ser acariciados. No obstante, un reciente estudio aseguró que “hacer cariño” a un gato no es tan sencillo como parece.

Al respecto, Lauren Finka, especialista en comportamiento y bienestar de gatos domésticos de la Universidad de Nottingham Trent (Inglaterra), que trabaja como investigadora y ha escrito libros y artículos para la revista veterinaria Your Cat, detalló en entrevista con el medio The Conversation cuál es la forma correcta de acariciar a un gato y por qué.

Para ello, Finka explicó que lo más importante es el gato quiera acariciado y no por una decisión del humano, que ignora la comodidad y deseos del felino. “Esto requiere de un poco de autocontrol”, advirtió y aseguró que las relaciones entre gatos y humanos duran más tiempo cuando es el felino quien las inicia.

En tanto, destacó que es importante prestar atención a las reacciones y postura del gato durante las interacciones. “Cuando se trata de hacerles cariño, menos es más”, dijo.

A modo general, aseguró que existen tres zonas preferidas por los gatos para ser acariciados: la base de las orejas, bajo su barbilla y al rededor de las mejillas. “Estos lugares son generalmente preferidos sobre áreas tales como su abdomen, espalda y base de su cola”, advirtió.

En este contexto, para reconocer si al gato le gusta o no ser acariciado en una zona, Lauren Finka reconoció 5 signos de que está disfrutando:

1. Coloca su cola en posición vertical y accede a iniciar el contacto.
2. Ronronea y “amasa” con sus patas delanteras.
3. Agita suavemente su cola de un lado a otro en el aire.
4. Tienen una postura relajada, mostrando sus orejas tiesas y hacia adelante.
5. Dan un “empujoncito” a quien le está acariciando si esta persona hace una pausa.

También estableció 8 señales de que el gato está incómodo o estresado con las caricias:

1. Aleja su cabeza
2. No ronronea ni se frota
3. Parpadea exageradamente y lame su nariz
4. Se asea brevemente cada poco segundos.
5. Contrae la espalda.
6. Mueve la cola con agresividad.
7. Muestra sus orejas planas y hacia los lados o atrás.
8. Muerde o rasguña la mano de quien lo acaricia.

Ante esto, la experta también advirtió que hay mininos que, a pesar de sus molestias, no se muestran agresivos pero sí realizan algunas de las señales indicadas. “Un gato tolerante no es necesariamente un gato feliz. Los mayores niveles de estrés son reportados en felinos que son descritos por sus dueños como tranquilos”, explicó.

Finalmente, concluyó que es importante respetar los límites personales de los gatos, así como el ser humano necesita respeto para los suyos.