Hace pocos días, Dries van Agt, ex primer ministro neerlandés, falleció a los 93 años junto a su esposa, tomados de la mano, en una “eutanasia conjunta”, tras años de "salud frágil". Países Bajos fue uno de los primeros países en adoptar la eutanasia como una manera legal de morir, bajo ciertos requisitos. ¿Qué otras naciones también lo amparan en su ley?

La eutanasia y el suicidio asistido, a pesar de ya ser legal en diferentes partes del mundo, son temas que generan un intenso debate en la sociedad contemporánea, en medio de discusiones éticas, morales, legales y humanitarias.

Estas prácticas, que implican la ayuda médica para poner fin a la vida de una persona que padece una enfermedad terminal o sufrimientos insoportables, han sido objeto de atención tanto a nivel nacional como internacional.

Un ejemplo es el caso de Dries van Agt, ex primer ministro neerlandés que falleció a los 93 años junto a su esposa, tomados de la mano, en una “eutanasia conjunta”, tras años de “salud frágil”.

En el caso de Chile, el debate sobre la eutanasia y el suicidio asistido está lejos de resolverse, pero el país ha demostrado un compromiso con la mejora de los cuidados paliativos a través del Plan Buen Morir, el que brinda apoyo a los pacientes y sus familias.

¿Qué es la eutanasia y el suicidio asistido?

Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), la eutanasia se define como una intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura. El acto procede, generalmente, mediante la administración de fármacos letales por parte de un médico.

Por su parte, el suicidio asistido implica proporcionar los medios necesarios para que el paciente termine con su propia vida, como la prescripción de medicamentos letales, que el paciente puede administrarse por sí mismo.

A pesar de las diferencias, ambas prácticas comparten el objetivo de brindar una muerte digna y sin sufrimiento a personas que padecen enfermedades terminales o condiciones médicas que les causan un dolor insoportable.

¿En qué países existe es legal el suicidio asistido o la eutanasia?

A nivel mundial, varios países han legalizado la eutanasia o el suicidio asistido como parte de su política de salud pública.

Ejemplos de lo anterior son Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Portugal, España, Nueva Zelanda y algunos estados de los Estados Unidos que han promulgado leyes que permiten alguna forma esta práctica bajo ciertas condiciones y procedimientos estrictos.

A nivel sudamericano, Colombia permitió la eutanasia cerca en 1997 y lo consagró como ley en el 2014, mientras que el suicidio clínicamente asistido se consagró en mayo del 2022.

Por su parte, en Ecuador, la Corte Constitucional dio luz verde a la eutanasia el pasado 5 de febrero, amparándose en el caso de Paola Roldán, mujer de 43 años, que sufre desde hace tres años esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa y dolorosa.

En la mayoría de los países donde es legal el suicido asistido o la eutanasia, las leyes suelen requerir el consentimiento informado del paciente, la confirmación de que la enfermedad es terminal o que el sufrimiento es insoportable, y la participación de varios médicos en la toma de decisiones y la administración de los procedimientos.

Algunas cifras

Conforme a lo publicado por el diario El País de España, en Países Bajos las peticiones de eutanasia en pareja experimentan actualmente un aumento. En el 2022 se practicó a 29 parejas, según el informe anual publicado por los Comités Regionales de Revisión de la Eutanasia (RTE); en el 2021 se aplicó a 16 parejas; en el 2020, fueron 13; y en 2019, 17.

Pero las cifras individuales llaman la atención, ya que en 2022 fueron 8.720 eutanasias y suicidios asistidos, 5,1% de todas las muertes registradas en el país. Esto se traduce en un aumento del 13,7% comparado con 2021.

La mayoría de los enfermos que murieron por esta práctica en Países Bajos, casi un 60%, tenía cáncer, recoge el medio.

Como explica The Clinic, Bélgica legalizó la eutanasia a principio de los 2000, y en el 2014, permitió a los menores de edad a acceder a la práctica para poner fin a la vida en caso de enfermedades sin cura. Al 2022, 27 mil belgas la habían solicitado.

Al contrario, en Luxemburgo, donde también es legal, entre 2009 y 2020, solo 104 personas solicitaron acceder a la eutanasia. En 2021 y 2022, la cifra se mantuvo estable en los 20 casos, afirmó el medio nacional.

¿Qué pasa en Chile?

En Chile, la eutanasia y el suicidio asistido siguen siendo ilegales. Sin embargo, el país ha estado inmerso en un intenso debate sobre el tema en los últimos años, con propuestas legislativas que buscan legalizar estas prácticas en ciertas circunstancias.

Al respecto, existe un proyecto de ley que busca legalizar la eutanasia en nuestro país, impulsado por el diputado Vlado Mirosevic (PL). Este se encuentra estancado en la Comisión de Salud del Senado tras ser aprobado en el 2021 en la Cámara baja.

Organizaciones de derechos humanos, grupos médicos y pacientes con enfermedades terminales han abogado por el reconocimiento legal de la eutanasia y el suicidio asistido como opciones para aquellos que enfrentan sufrimientos intolerables al final de sus vidas.

Diferencias de la eutanasia o susidio asistido con el Plan Buen Morir

En contraste con la eutanasia y el suicidio asistido, Chile implementó el Plan Buen Morir, una política de cuidados paliativos destinada a mejorar la calidad de vida de los pacientes terminales y proporcionar apoyo emocional, médico y espiritual a ellos y sus familias.

El Plan se centra en brindar atención integral a los pacientes al final de sus vidas, con un enfoque en el alivio del dolor y el sufrimiento, la atención psicosocial y espiritual, y el respeto a la autonomía del paciente en la toma de decisiones médicas.

Aunque el Plan Buen Morir y la eutanasia/suicidio asistido comparten el objetivo de garantizar una muerte digna y sin sufrimiento, difieren en sus enfoques y métodos. Mientras que el Plan Buen Morir se enfoca en el cuidado paliativo y el apoyo emocional, la eutanasia y el suicidio asistido implican poner fin a la vida del paciente de manera activa y deliberada.