La reciente muerte del activista por los derechos de la comunidad LGTBIQ+, Luis Larraín, trae a colación esta pregunta, puesto que el cofundador de la Fundación Iguales se sometió a una sedación paliativa en sus últimos momentos tras batallar arduamente contra un agresivo cáncer de sangre (linfoma no Hodgkin).

La sedación paliativa busca aminorar el sufrimiento intolerable de un paciente. Dicho tratamiento consiste en la administración de fármacos en dosis y combinaciones requeridas para reducir la conciencia de un paciente terminal o con patologías muy avanzadas. En este contexto es que surge una pregunta:¿en qué se diferencia la sedación paliativa de la eutanasia?

Ximena Farfán, académica de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad de los Andes, explica y agrega que la sedación paliativa debe ser fruto de un consenso entre el equipo médico y su paciente.

Si el caso fuera que la persona no puede dar el consentimiento debido al estado avanzado de su enfermedad, su familia o representante puede hacerlo.

¿Cuáles son las diferencias entre ambos tratamientos?

A diferencia de la eutanasia, el procedimiento recién detallado busca un alivio de los síntomas refractarios, mientras que la eutanasia apunta al término de la vida del paciente.

“Los síntomas refractarios son aquellos síntomas que no pueden ser adecuadamente controlados a pesar de intensos esfuerzos para identificar un tratamiento tolerable que no comprometa la conciencia del paciente. Algunos de ellos pueden ser dolor extremo, vómitos incontrolables, ansiedad o angustia extrema, sensación de falta de aire intolerable, sangrado masivo, entre otros”, detalla Farfán.

Farfán explica que la eutanasia es contraria a los cuidados paliativos (y por ende, a la sedación paliativa), pues estos últimos implican que el proceso de morir debe ser respetado.

Por ello, ni la aceleración intencional de la muerte o su postergación (a través de recursos artificiales, por ejemplo) no dan espacio para tales cuidados.

“A pesar de su semejanza técnica, la diferencia moral que separa a uno y otro acto es inmensa. La sedación paliativa requiere de atención y buen manejo: indicación y dosis adecuada para alcanzar el alivio de síntomas, monitorización y evaluación constante, además del consentimiento explícito del paciente y/o su familia”, enfatiza la docente.

¿Cómo se administra la sedación paliativa?

La docente detalla que existen diversas formas de aplicación: profunda o superficial, intermitente o continua. Éstas pueden realizarse tanto en el ambiente hospitalario como domiciliario, pero siempre con un adecuado acompañamiento, monitorización y manejo del equipo de salud.

“Se debe considerar que la sedación terminal paliativa se utiliza en el período de agonía, es decir, en período de fin de vida, cuando el paciente está cercano a la muerte“, precisa la académica Magíster en Cuidados Paliativos

“Es importante hacer esta distinción, ya que refuerza, como principio ético ineludible, que la sedación paliativa se realice en el contexto temporal de los últimos días de vida del paciente con enfermedad terminal”, agrega Ximena.