Expertos del Instituto Milenio en Ingeniería e Inteligencia Artificial para la Salud (iHEALTH) están trabajando en nuevos métodos para detectar el cáncer de próstata y mejorar el diagnóstico precoz, utilizando inteligencia artificial (IA).
Lo que buscan es mejorar las imágenes que guían la decisión médica y reducir la subjetividad en su interpretación, utilizando herramientas de IA y resonancia magnética.
El objetivo común es hacer más preciso, rápido y accesible el diagnóstico, ya que detectado tempranamente hay una alta tasa de recuperación.
Este miércoles 11 de junio es el Día Mundial del Cáncer de Próstata, una de las enfermedades más prevalentes en hombres, que no deja a Chile atrás.
De acuerdo con el Observatorio Global del Cáncer, el cáncer de próstata es el tumor más frecuente en los hombres del país, con más de 9.000 casos nuevos al año y un promedio de alrededor 3.000 fallecimientos.
La IA para diagnósticos tempranos
En el Instituto Milenio iHEALTH están trabajando en dos líneas de investigación que pretenden usar la IA para un diagnóstico más rápido, y al mismo tiempo, potenciar el uso de la resonancia magnética.
La primera la lidera la médico radióloga Cecilia Besa, profesora asociada de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica e investigadora principal de iHEALTH, que investiga cómo aplicar la IA para detectar patrones en las imágenes médicas y así avanzar hacia una evaluación más objetiva y reproducible.
“El análisis que hacemos hoy en resonancia magnética de próstata aún es muy dependiente del ojo humano, y la experiencia clínica del radiólogo puede marcar una gran diferencia”, explica Besa.
Su trabajo busca reducir esa variabilidad, entregando herramientas que permitan hacer una evaluación más estandarizada de los tumores en la próstata y permitir una mejor clasificación del riesgo de los pacientes.
Además, sus avances han permitido evaluar la agresividad de un tumor sin la necesidad de realizar una biopsia, evitando procedimientos invasivos.
La segunda investigación también busca potenciar el uso de la resonancia magnética en el diagnóstico de cáncer de próstata, pero esta vez en un tipo particular de equipos: los de bajo campo magnético (0.55T), que son más portátiles, accesibles y económicos.
El proyecto es liderado por el físico Ronal Coronado, profesor asistente de la Universidad de Las Américas e investigador joven de iHEALTH, quien desarrolla técnicas para acelerar la adquisición de las imágenes durante el examen usando modelos de IA. Su trabajo incluye estrategias para mejorar la calidad de la imagen, y con ello, la calidad del diagnóstico.
“Este proyecto busca democratizar el acceso a imágenes médicas avanzadas, ya que las herramientas que se están desarrollando, para un equipo más económico, permitirán obtener imágenes de calidad diagnóstica que son más factibles de implementar en centros de salud más pequeños”, señala.
Su investigación forma parte de un proyecto FONDECYT de postdoctorado y tiene como meta facilitar el uso clínico de tecnologías más asequibles sin perder precisión diagnóstica.
“Investigar en resonancia magnética e inteligencia artificial aplicada a la salud no solo mejora el diagnóstico precoz de enfermedades como el cáncer de próstata, también permite avanzar hacia una medicina más equitativa, precisa y basada en datos”, concluye Coronado.
¿Qué pasa en Chile con el cáncer de próstata?
Si la rápida detección significa más probabilidades de recuperación, ¿por qué sigue habiendo tantas muertes al año? Los expertos señalan que todavía hay temor y desconocimiento en la población masculina, que hace que muchos hombres eviten estar al día con el control prostático.
La curación del cáncer de próstata es sobre el 95%. En los de riesgo alto está sobre el 85%, complementan desde la Clínica IRAM.
No solo las mejoras en el diagnóstico precoz hacen más accesible tratar la enfermedad, también los avances en radioterapia de alta precisión.
Con esta tecnología, se puede visualizar en tiempo real la zona que es tratada en cada sesión. Esto permite reducir el tratamiento a solo cinco sesiones, tener una mayor efectividad y que los pacientes tengan menos efectos secundarios, señalan desde la clínica.
Antiguamente, los tratamientos eran muy prolongados: cerca de 8 semanas, con 40 sesiones. Esto se debía a la incertidumbre sobre la zona exacta a irradiar y a la falta de precisión de la tecnología de ese entonces.
Para prevenir, los expertos recomiendan, recomienda realizarse el examen de PSA (antígeno prostático específico) a partir de los 50 años (45 si hay antecedentes familiares). Y si este examen sale alterado, acudir al examen de tacto rectal.
Asimismo, llaman a mantener un estilo de vida saludable: dieta equilibrada, ejercicio y control del peso; y también estar atentos ante síntomas urinarios persistentes, aunque sean leves.