Sebastian Stan, este año, lo dijo: “Estaba tan inseguro estando cerca de (mis compañeros) (…) así que comencé a levantar pesas y comí mucho”. Se refería a cómo se sintió intimidado frente a los cuerpos de Chris Evans y Chris Hemsworth en el set de las películas de Marvel.

El listado de famosos que han reconocido algún problema con su imagen coporal es largo. También, por cierto, de famosas.

¿Los hombres lo hablan menos? “En general las mujeres tienden a pedir ayuda antes que los hombres y los hombres cuando lo hacen, llegan en un estado más grave del cuadro”, dice la psiquiatra de la Clínica Las Condes Beatriz Banfi a BioBioChile.

Imagen Corporal y el trastorno

La experta dice que, antes, hay que definir qué es la imagen corporal. “Es -prosigue- la interpretación o conciencia que tenemos de nuestro cuerpo o la representación simbólica global del propio cuerpo, la manera en que me veo y me imagino a mí mismo, siempre asociada al contexto social al que pertenecemos”.

Así las cosas, los trastornos de imagen corporal, llamado en la academia Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), “se caracteriza por la preocupación por defectos inexistentes o leves en la apariencia física, de modo que los pacientes creen que se ven anormales, poco atractivos, feos o deformes, cuando en realidad se ven normales”.

Se estima, agrega la experta, que “la prevalencia de este trastorno es del 2-3% en población general adulta, levemente más alta en mujeres y aparece entre los 16-17 años”.

Estos pacientes, que podrían presentar conductas repetitivas como comprobar su apariencia en los espejos, suelen recurrir a ayuda médica… aunque no a la indicada.

Stan no es el único

El británico Robert Pattinson es una de las celebridades que ha hablado abiertamente sobre el TDC. Según la cadena BBC, dijo en 2013 que padece este trastorno y lo graficó con estas palabras: “No tengo los abdominales marcados y odio ir al gimnasio. He sido así toda mi vida. Nunca me quiero quitar la camisa”.

El problema, señala Banfi, es que la afección de salud mental es recurrentemente pesquisada por médicos no especialistas en el área.

“Los pacientes con TDC -dice- pueden acudir a profesionales de la salud mental, así como a otros médicos, como dermatólogos, cirujanos plásticos, médicos de atención primaria, pediatras y dentistas”.

Agrega que “la mayoría de los pacientes buscan tratamiento cosmético no psiquiátrico (más comúnmente dermatológico y quirúrgico) para sus defectos físicos percibidos; este tratamiento parece ser ineficaz para la mayoría de los pacientes y puede suponer un riesgo para los médicos”.

Por el contrario, advierte, la farmacoterapia con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o clomipramina, o la terapia cognitivo-conductual adaptada específicamente al TDC suelen ser eficaces en el tratamiento.

Complejo de Adonis

En hombres, principalmente universitarios y levantadores de pesas, también es más común que se presente un trastorno denominado Dismorfia Muscular (DM) o Complejo de Adonis.

Según explica la experta, éste se caracteriza “por una preocupación excesiva con la idea de no tener un cuerpo suficientemente magro o musculoso, lo que conlleva a renunciar a actividades sociales y laborales por la necesidad de ejercitarse”.

Para ellos, entonces, la principal preocupación es la de verse pequeño o poco musculoso.

En este caso, Banfi llama a “estar atentos si se observa el abandono y evitación de situaciones sociales, consumo de anabólicos y suplementos nutricionales, dietas hiperproteicas, levantamiento de pesas, horario excesivo de entrenamiento”.

Requiere tratamiento

El problema de no tratar los trastornos de imagen es que podrían aparecer otras afecciones. La experta dice que puede que los pacientes “desarrollen otros cuadros como un Trastorno obsesivo compulsivo, Trastornos de ansiedad, depresión o adicciones”.

Incluso, desde la Clínica Mayo advierten que podrían aparecer pensamientos o conductas suicidas, que “son comunes con el Trastorno Dismórfico Corporal”.

¿Qué hacer? La experta responde brevemente: “Que pida ayuda con un especialista psiquiatra o psicólogo, antes de ir a otros médicos solicitando tratamientos estéticos o quirúrgicos”.