Corea del Sur reportó este lunes el primer fallecido producto de la "ameba comecerebros" en el país, aunque el paciente se contagió en Tailandia.

Este lunes, las autoridades sanitarias de Corea del Sur, confirmaron el primer fallecido por Naegleria fowleri, una infección cerebral conocida también como “ameba comecerebros”.

El paciente correspondía a un hombre de 50 años, reconocido como el primer caso del país, que contrajo la infección en Tailandia y fue diagnosticado tras volver de su viaje el pasado 10 de diciembre.

La Agencia de Prevención y Control de Enfermedades de Corea (KDCA), informó este lunes que la primera víctima fue hospitalizada el 11 de diciembre y falleció el martes 20, según corrobora Futuro 360.

Si bien, este sería el primer infectado en Corea del Sur, la ameba comecerebros ha aparecido en otros países como EE.UU. Allí ha sido protagonista de casos aislados durante los últimos años, más no masivos.

¿Qué es la “ameba comecerebros”?

La científicamente llamada “Naegleria fowleri”, es una enfermedad poco conocida, que se produce por un microbio que habita en aguas dulces. Este ingresa al cuerpo humano por la nariz, dirigiéndose al cerebro.

Una vez en el interior del paciente se reproduce rápidamente y en el peor de los casos genera una inflamación llamada meningoencefalitis, que deteriora el tejido cerebral en pocos días.

A partir de los casos reportados anteriormente, se conoce que la ameba tiene un proceso de incubación de 1 a 2 semanas. Aunque los síntomas son inmediatos.

Asimismo, no se han reportado casos donde esta infección sea contagiada. Por lo que los expertos estiman poco probable que pueda transmitirse entre personas, como el Covid por ejemplo.

Desde 2018 a la fecha, se han registrado menos de 400 casos a nivel mundial, aunque continúa preocupando a la comunidad médica, por ser de rápido avance y mayormente letal.

Según recoge la BBC, los primeros síntomas de esta infección incluso pueden confundirse con una gripe, puesto que corresponden a dolor de cabeza, fiebre y náuseas. Sin embargo, al empeorar los pacientes presentan cuello rígido, confusión, pérdida de equilibrio y convulsiones.