Muchas veces el diagnóstico de cáncer es descrito como “un terremoto, una ola gigante que llegó y te dio vuelta, como algo imprevisto. Una crisis para la que nadie está preparado y que se vive con mucho temor e incertidumbre”, señala Daniela Rojas, psicooncóloga y Directora Ejecutiva de la Corporación Yo Mujer, a propósito de que el 04 de febrero se conmemora el Día Mundial del Cáncer, una enfermedad que se ha convertido en la primera causa de muerte en todo el mundo1, mientras que en Chile es la segunda causa, de acuerdo al Plan Nacional del Cáncer 2018-20282.

La Corporación Yo Mujer, en sus casi 21 años de existencia, brinda apoyo emocional completamente gratuito a las mujeres con cáncer de mama y su círculo cercano, evitando la estigmatización de la vivencia de esta enfermedad.

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Sobre ello, Rojas explica que “muchas veces los mandatos sociales no se ajustan a la realidad de una mujer que vive con cáncer como, por ejemplo, no hablar de la enfermedad, estar siempre fuerte o estoica, no llorar, así como asumir esta posición de lucha y de guerra contra la enfermedad.

De significar el cáncer como un enemigo, sin pensar en sus necesidades, temores tristezas y preocupaciones, que no sólo son legítimas, sino muchas veces necesarias para poder elaborar el proceso de la enfermedad y poder adaptarse a esa situación de crisis”.

Igualmente, la psicooncóloga agrega que “tenemos esta idea como sociedad de que del dolor hay que salir rápido. Hay creencias erradas de que llorar podría empeorar su enfermedad, lo que hace que muchas mujeres comiencen a temer sobre su propia vivencia emocional”.

Cáncer no es sinónimo de dolor

“Muchos pacientes piensan que el dolor es algo que viene aparejado con el cáncer y con lo cual tienen que convivir, acostumbrarse o soportarlo, pero no es así. Hay poca educación al respecto, ya que gran parte de la población desconoce que existen tratamientos para el dolor, profesionales de la salud especialistas en dolor y se conoce poco de las unidades de cuidados paliativos”, afirma Rojas.

El dolor es uno de los problemas que más afecta la calidad de vida de los pacientes con cáncer, que se presenta como producto de la enfermedad o de los mismos tratamientos oncológicos, pero que de ninguna manera se debe normalizar ni tolerarse.

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De hecho, hay un tipo de dolor oncológico conocido como dolor irruptivo, el cual “aparece bruscamente y es de gran intensidad, por lo que se llama irruptivo. Dentro de la escala EVA de dolor, reconocida mundialmente, es una dolencia que de forma súbita se incrementa del nivel 0 al 8 o al 10, donde 10 es el máximo dolor que se puede llegar a sentir, que hace llorar”.

“Es distinto a una dolencia progresiva, que se eleva de forma gradual. Es invalidante y se presenta de un momento a otro, imposibilitando la vida diaria de estos pacientes en cuanto a su trabajo y demás actividades cotidianas”, de acuerdo con la Dra. Carolina Valdebenito, Presidenta de la Sociedad Médica Chilena de Cuidados Paliativos.

Igualmente, la especialista indica que “las personas con este tipo de dolor no duermen bien, no comen, no se alimentan y eso altera toda la dinámica familiar. En general, tienen una calidad de vida pésima y eso también impacta a todo el núcleo familiar. Toda la familia se enferma cuando hay un paciente con dolor”.

El derecho a vivir sin dolor

El llamado de los médicos es a buscar tratamiento para el dolor oncológico. En medio de la pandemia por coronavirus, desde la Sociedad Médica Chilena de Cuidados Paliativos hicieron un convenio con Salud Responde, mediante el cual realizan controles de tipo telefónico.

Los pacientes pueden llamar al 600 360 7777 para contactarse con un médico de cuidados paliativos, quien hará seguimiento de su situación.

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La Presidenta de la Sociedad Médica Chilena de Cuidados Paliativos enfatiza que “todo paciente con un diagnóstico de cáncer, independiente de la etapa en la que esté, debe ser ingresado en las Unidades de Cuidados Paliativos, para el manejo del dolor”.

Está garantizado por la Ley y las Garantías Explícitas en Salud (GES) garantizan el manejo del dolor para todo cáncer, no sólo terminales, sino en cualquier etapa. Todo paciente con cáncer tiene derecho a un manejo adecuado del dolor.

Si una persona no está inscrita, debe pedirle a su médico de cabecera que lo derive a una Unidad de Cuidados Paliativos. Las personas que ya están inscritas acceden a sus controles por vía telefónica y muchas unidades están haciendo los despachos a domicilio de los medicamentos. Nadie debería estar sufriendo dolor oncológico en estos momentos.