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En la segunda semifinal de Eurovisión 2024, la representante de Israel logró clasificar a la final a pesar de ser abucheada por parte del público debido a la controversia política que rodea su participación. Junto a ella, también avanzaron artistas como el suizo Nemo y el neerlandés Joost Klein, entre otros representantes de Letonia, Austria, Noruega, Grecia, Estonia, Georgia y Armenia.

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El colorido habitual de Eurovisión se vio arrastrado ayer jueves por un huracán de tonos grises y políticos con la controvertida participación de Israel en la segunda semifinal de Eurovisión 2024, donde pese a haber sido abucheada por parte del público, consiguió su clasificación.

Su representante, Eden Golan, volverá a cantar así su tema ‘Hurricane’ el próximo sábado en la gran final junto a otros artistas que también lograron plaza en esta fase, sobre todo dos de los grandes favoritos a la victoria, el suizo Nemo con la canción ‘The Code’ y el neerlandés Joost Klein con ‘Europapa’.

Asimismo, también pasaron la eliminatoria celebrada en el Malmö Arena los candidatos de Letonia, Austria, Noruega, Grecia, Estonia, Georgia y Armenia.

La clasificación de Israel no estuvo exenta de polémica. Durante la interpretación de su tema, Eden Golan escuchó el apoyo de muchos paisanos, pero también abucheos de otra parte del público en rechazo a la ofensiva militar que su país lleva a cabo en Gaza desde hace meses, con más de 34.900 civiles palestinos muertos (casi la mitad de ellos niños).

Los ecos del conflicto en Oriente Medio han ido más allá, con el mensaje “paz” que ha podido verse escrito en el brazo del belga Mustii cuando este se ha quitado la chaqueta. “Condenamos las violaciones contra los derechos humanos y la libertad de expresión por parte de Israel”, se pudo leer además al inicio de la emisión de la televisión de su país VRT.

En coincidencia con la participación de este país en esta semifinal, miles de personas marcharon también este jueves por las calles de Malmö convocados por la plataforma Paren a Israel, que agrupa a más de 60 organizaciones, donde se corearon consignas pidiendo su expulsión del festival. La activista medioambiental Greta Thunberg también participó en la manifestación.

La gala arrancó con su aparente tono habitual con la actuación por Malta de Sarah Bonnici con ‘Loop’, una propuesta en la más pura escuela de Chanel. Más original para Eurovisión fue la actuación de la griega Marina Zatti al combinar elementos folclóricos con elementos visuales y musicales contemporáneos en un largo plano secuencia inicial.

Igualmente apabullante fue el dinámico número de Suiza, en el que su representante alternó canto lírico, pop y versos rapeados subido sobre una plataforma giratoria para proclamar su derecho a una identidad libre de géneros definidos.