La sostenibilidad está al debe, así tal cual. Podemos comprobarlo fácilmente con un ejercicio con nuestros cercanos con una pregunta simple y directa ¿Qué es? O ¿Conoces el término de desarrollo sustentable?

La pregunta puede plantear diversas respuestas y opciones para nosotros y nuestra audiencia. El desarrollo sostenible es un término que se ha vuelto cada vez más recurrente; sin embargo, también hay detrás un tremendo desafío pasar desde lo abstracto a una aplicación que me permita entender y practicarlo en el día a día.

Acercar este concepto a un lenguaje común es clave; sin embargo, prestemos atención al mundo en que estamos inmersos. Vivimos en una vorágine de información donde nos encontramos con temáticas diversas que nos hablan que nuestro planeta va hacia un rápido derrumbe y pareciera que no tenemos solución para dar marcha atrás o simplemente no sabemos la receta.

En esa línea, surgen varios retos para la sostenibilidad y las diversas iniciativas que movilizan el cambio para un mundo mejor, aquí me refiero a los Objetivos de Desarrollo Sostenible ( ODS). Los ODS constan de 17 Objetivos que buscan erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar una prosperidad equitativa para toda la humanidad, no son slogans o frases de campaña, son los objetivos centrales para alcanzar la sostenibilidad con una fecha límite que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) ya marcó en el calendario: 2030.

Es clave que desde los ODS se genere una conexión real y cercana que permita entender, por ejemplo, cómo desde un establecimiento que trabaja con la certificación ambiental, una junta de vecinos, un comité social o una pyme se conecta con los mismos y que ya desde su labor están aportando a temas claves como acceso a la educación de calidad, trabajo decente y acción por el clima juegan un papel relevante en la agenda 2030 ya mencionada.

Recientemente, la OCDE lanzó el informe Perspectivas mundiales del plástico que plantea que hacia el 2060 la cantidad de residuos plásticos generados se triplicará, destinándose más de la mitad a rellenos sanitarios y menos de una quinta parte se reciclará. Si realizáramos una pregunta central ¿Quiere vivir en un mundo libre de plástico? Probablemente la mayoría de los encuestados respondería que sí… Entonces qué ocurre, que las proyecciones de la OCDE en ese informe dan cuenta de una baja gestión del reciclaje individual.

La falta de información o de acceso a cómo reciclar o de conceptos aplicables a la realidad aquí es crucial. Dentro de los diversos actores sostenibles, debemos lograr un “lenguaje común” que salga del ámbito del mundo privado o de la academia.

El desafío para hablar de sostenibilidad es comunicarla en un lenguaje simple y cercano, dejando de conferenciar en latín de un término que es aplicable para ti y todos en el día a día para cuidar nuestra casa común.

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