No es ninguna sorpresa saber que la India, con una población de 1.292 millones de habitantes, es uno de los tres mercados más emergentes del mundo, después de China, representando el 7,1% del PIB mundial.

India se está embarcando en reformas de libre mercado más transformadoras del lado de la oferta en una generación. El gobierno de Modi no solo está privatizando empresas estatales, sino también revisando impuestos, relajando las reglas de inversión extranjera directa y desregulando los mercados laborales y agrícolas.  

El parlamento indio votó recientemente para abolir los impuestos retroactivos, dando a los inversionistas extranjeros un clima favorable y predecible para la acumulación de capital.

Con las reformas laborales los sindicatos de la India, notoriamente estrictos, han sido castigados; ahora deben emitir un aviso con dos meses de anticipación antes de la huelga y las empresas necesitan menos aprobaciones del gobierno para reasignar mano de obra. Además, India redujo aún más el costo de hacer negocios al bajar impuestos del 25% al 15% para las empresas emergentes y del 30% al 22% para empresas establecidas.  

En agosto, la Ministra de Finanzas Nirmala Sitharaman, anunció un ambicioso plan para arrendar activos estatales al sector privado, incluidos 42.300 kilómetros de líneas eléctricas, 26.700 km de carreteras, 8.200 km de tuberías y 400 estaciones de ferrocarril. Se espera que la monetización de activos recaude $80 mil millones o el 3% del PIB de la India.

India ha visto un aumento del interés extranjero en su economía digital. De acuerdo con Bloomberg, Facebook (ahora Meta), Qualcomm e Intel, han invertido alrededor de 16 mil millones de dólares en servicios digitales del conglomerado más grande de la India, el gigante minorista de telecomunicación Reliance Industries LTD. Y tan solo Google señaló mediante su CEO Sundar Pichai (de origen Indio) que invertirá 10 mil millones de dólares en acelerar la digitalización: “lo haremos a través de una combinación de inversión de capital, asociaciones e inversiones operativas, de infraestructuras y ecosistemas. Esto es un reflejo de nuestra confianza en el futuro de la India y su economía digital”.  

¿Nos beneficia en LATAM este crecimiento en la India? Por ejemplo, si una empresa de diseño en América Latina se digitaliza y empieza a exportar sus servicios, sus competidores serán extremadamente exigentes, profesionales y preparados, con Estados que otorgan mucho apoyo y con costos absolutamente inferiores. La pregunta es ¿cómo esa empresa de diseño compite con una de la India?.

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