La coordinadora en Bío Bío y Ñuble de la “Agrupación de Hijos y Madres del Silencio”, que creen haber sido víctimas de adopciones ilegales durante la dictadura, logró encontrar a su familia biológica.

Dicha institución, sin fines de lucro, se dedica a ayudar a quienes tiene dudas sobre sus procesos de adopción. Están presentes en todo el país y a través de redes sociales, publican imágenes para que adoptados puedan encontrar a su familia de origen.

La coordinadora en las regiones de Bío Bío y Ñuble, quien solicitó ser llamada como María Elena Castro, también comenzó a dudar sobre la legalidad en su adopción.

Nació en 1977 en Concepción, su progenitora la habría entregado a un hogar, porque supuestamente era una joven universitaria que por temas sociales no pudo hacerse cargo de ella.

Eso al menos le contó su madre, quien la adoptó estando soltera y sin pareja, pero de todas formas le dio un apellido.

La sospecha de María Elena se acrecentó después de la muerte de su mamá y tras descubrir que la jueza que firmó su adopción, está dentro de las indagadas por irregularidades precisamente en esos trámites.

Luego ingresó a la agrupación, al poco tiempo se transformó en coordinadora y en paralelo encontró un documento donde salía el nombre con el que originalmente la habían inscrito, tras averiguar en el Hospital de Concepción, descubrió parte de la verdad sobre su madre biológica.

Estos días ha mantenido contacto con uno de sus hermanos biológicos y descubrió que la historia de su progenitora es muy distinta a la que a ella le habían contado. Ahora es cuestión de tiempo para que se reúnan.