Como un hecho relevante para región e incluso un negocio de riesgo fue catalogado por las autoridades de Los Lagos el proceso de venta de las acciones que Aguas Andinas posee de la Empresa de Servicios Sanitarios de Los Lagos (Essal), quienes argumentaron que se trata de una “estrategia por el cambio climático que atraviesa el país”.

Este hecho en palabras del intendente de Los Lagos, Harry Jürgensen, podría permitir mejorar las vulnerabilidades de la sanitaria.

“Es un tema naturalmente importante, porque hemos tenido bastantes inconveniente con esa compañía” y no sólo en Osorno, con la emergencia sanitaria que se vivió tras la contaminación en el suministro de agua potable, sino que hechos similares en Ancud, Puerto Varas y otras ciudades, por lo que calificó el negocio como uno “de riesgo”.

En tanto, el alcalde de Osorno, Jaime Bertín, aseguró que ahora están concentrados en conseguir la caducidad de la sanitaria en la zona, pero que no es el mejor momento para Essal. “Aguas Andinas es libre de hacer lo que se le parezca con su negocio”, manifestó.

El hecho se acordó tras una sesión ordinaria del directorio, con lo que pretenden focalizar su actividad empresarial en sus actuales prioridades estratégicas.

Jonás de Miguel, director de estrategia de Aguas Andinas, agregó que la decisión tomada se debe al escenario ambiental que atraviesa el país, con la “extrema crisis hídrica” y “el desarrollo de nuevas oportunidades que nos permita crecer en el mercado de los servicios medioambientales”.

Según indicaron desde la sociedad controlada por inversiones Aguas Metropolitanas -cuya matriz es la empresa franco-belga Suez Energy-, aún no hay interesados en la adquisición del 53,5% de las acciones que mantienen en Essal, ni cuentan con las valoraciones que podrían determinar el efecto de la concreción de la venta.

Un anuncio que se da en medio de la determinación del Gobierno respecto a la continuidad de las concesiones de la empresa en Osorno, a ello se suma una multa de 2 mil 500 millones de pesos y otros 6 cargos, tras la crisis que mantuvo a la ciudad sin agua por 10 días, considerado el más prolongado en la historia del país.