VER RESUMEN

Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El Primer Juzgado de Letras de La Serena ordenó al Estado pagar millones a un joven conscripto por lesiones permanentes tras la explosión de un artefacto durante una marcha en Tongoy en 2019. El fallo determinó que el Ejército actuó con falta de servicio al no garantizar la seguridad durante la instrucción en un campo militar de la Armada. Se responsabilizó al Estado por no revisar adecuadamente el terreno, provocando lesiones que afectarán de por vida al afectado. La pensión de retiro no impide la indemnización por daño moral, y se criticó la falta de medidas de seguridad y sanciones internas.

En el norte del país, el Primer Juzgado de Letras de La Serena ordenó al Estado indemnizar con $90 millones a un joven conscripto que sufrió lesiones permanentes tras la explosión de un artefacto durante una marcha nocturna en Tongoy, región de Coquimbo, en octubre de 2019.

En el fallo se acogió la demanda de indemnización por daño moral presentada por la víctima y estableció que el Ejército actuó con falta de servicio, al no tomar los resguardos necesarios para garantizar la seguridad del ejercicio. La explosión ocurrió en un campo militar perteneciente a la Armada, donde el joven participaba de una instrucción.

Según la sentencia, el Estado es responsable porque no se revisó adecuadamente el terreno antes de realizar la maniobra, lo que permitió que un artefacto explosivo estallara, provocando lesiones físicas y psicológicas que afectarán de por vida al afectado.

Igualmente, se descartó que la pensión de retiro otorgada al conscripto impida reclamar una indemnización por daño moral.

“La institución no adoptó las medidas mínimas de seguridad, y la investigación interna no sancionó a ningún responsable, pese a que el explosivo no fue manipulado por miembros del batallón”, concluyó el fallo.

El tribunal determinó que los informes médicos y los testimonios presentados confirman la magnitud de las secuelas físicas y psicológicas, y que estas han causado un profundo sufrimiento al afectado, quien tenía solo 18 años al momento del accidente.