Rezaba antes de cada cruce, enviaba audios con bendiciones y prometía protección divina. Pero detrás del tono místico no había fe ni milagros: había ketamina, fronteras y una red criminal que operaba bajo el control de un falso obispo narco en el extremo norte del país.
La historia quedó al descubierto tras una investigación de la Fiscalía de Arica y la PDI. El protagonista es José Herrera Pozo, ciudadano ecuatoriano de 58 años, conocido dentro de la organización como “el obispo”, quien lideraba una estructura dedicada al tráfico de drogas desde Perú hacia Chile, utilizando rituales, rezos y el culto a la Santa Muerte como herramienta de control (ver video al cierre).
“Sabemos que Dios no va con lo malo, pero en el nombre tuyo madre misericordiosa, te pedimos que tengas misericordia de nosotros”, decía en uno de sus audios.
El “obispo”, la ketamina y las bendiciones del narco
Herrera Pozo se presentaba como un guía espiritual. En audios enviados por WhatsApp a las integrantes de la red, mezclaba oraciones, frases religiosas y supuestas bendiciones antes de cada traslado.
“Que cada una de las chicas que están caminando con esto lleguen con bien”, decía en uno de los mensajes que expuso Tele13, en alusión directa a los cargamentos de droga.
Según la Fiscalía, estos mensajes no eran improvisados ni simbólicos. Formaban parte de un método de dominación que combinaba espiritualidad, temor y una falsa sensación de protección.
El líder rendía culto a la Santa Muerte y realizaba rituales para “asegurar” el éxito de las operaciones, reforzando así su autoridad dentro del grupo.
La organización estaba compuesta por 18 personas: 17 mujeres y un solo hombre, el cabecilla, que mantenía distintas identidades extranjeras. La mayoría de las mujeres eran ecuatorianas, además de una peruana y una chilena. Varias de ellas habrían sido reclutadas bajo promesas económicas y sometidas a un control constante, tanto operativo como psicológico, explicaron desde la Fiscalía a BioBioChile.
Hoy, toda la banda está a la espera del juicio en su contra.
Mujeres transportadoras, ketamina y la ruta hacia Chile
La investigación de la Unidad de Inteligencia y Crimen Organizado de la Fiscalía, junto a la Brigada Antinarcóticos y contra el Crimen Organizado de la PDI Arica, estableció que la red comenzó a operar a mediados de 2024, ingresando ketamina desde Perú hacia Chile por distintos métodos.
El más recurrente era el uso de mujeres como correos humanos, quienes transportaban la droga “fajada” al cuerpo, oculta entre la ropa, en accesorios corporales e incluso en tampones. Cada una podía cargar hasta tres kilos.
Algunas cruzaban por pasos formales, como el complejo fronterizo de Chacalluta, simulando ser turistas. Otras utilizaban rutas informales en la frontera norte. Varias fueron detenidas en controles carreteros, especialmente en Cuya, cuando viajaban en buses con destino a la Región Metropolitana.
El golpe más importante se concretó en diciembre del año pasado, cuando la PDI allanó una vivienda en calle Carlos Orella, en Arica, incautando 18 kilos de ketamina y deteniendo al líder de la organización.
La investigación también estableció que algunos de sus integrantes mantenían vínculos con la banda criminal transnacional Los Lobos de Ecuador.
Fiscalía prepara pruebas para juicio
El juicio oral —que ha sido aplazado en tres ocasiones— quedó fijado para el 26 de febrero. Mientras tanto, los 18 imputados permanecen en prisión preventiva, a la espera de enfrentar cargos por tráfico de drogas y asociación ilícita, en lo que será un nuevo mega juicios por crimen organizado transnacional que enfrenta la Fiscalía de Arica.
Para el “obispo” -el cabecilla de la organización- el Ministerio Público está solicitando una pena que, en total, bordea los 100 años de cárcel, considerando su rol de líder, múltiples delitos de tráfico de drogas y amenazas.
– Mira aquí uno de los videos del “obispo”: