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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Una compleja red de trata de personas chilenas hacia Corea del Sur con fines de explotación sexual fue descubierta por la Fiscalía y la PDI en una investigación iniciada en mayo de 2024. Mujeres jóvenes, en su mayoría vulnerables, eran reclutadas para viajar a Asia con pasaportes nuevos y pasajes costosos, regresando al exceder su visa de turista. Al menos 20 chilenas fueron explotadas en clubes de karaoke en Corea del Sur. Una víctima falleció en Camboya y tres imputadas chilenas están en prisión por asociación ilícita y trata de personas. Se sigue la pista del presunto cabecilla surcoreano, y se destaca el uso de redes sociales para captar víctimas.

Una investigación de la Fiscalía y la Policía de Investigaciones (PDI) dio cuenta de una compleja red de trata de personas con fines de explotación sexual que operaba reclutando a mujeres chilenas, enviándolas al sudeste asiático para ejercer ese comercio en Corea del Sur, según dio a conocer El Mostrador.

De acuerdo con el citado medio, la indagatoria comenzó a tomar forma en mayo de 2024.

En ese entonces, personal de la Brigada Antinarcóticos del Aeropuerto Internacional de Santiago detectó patrones reiterados en grupos de mujeres jóvenes —de entre 19 y 28 años— que viajaban juntas con pasaportes nuevos y con pasajes de alto costo, regresando a Chile tras exceder los 90 días permitidos para permanencia bajo visa de turista.

Además, los policías pudieron notar cierto “perfil” en las viajeras. En su mayoría, jóvenes vulnerables pertenecientes a zonas periféricas, con consumo problemático de sustancias y que, en teoría, no les permitiría costear un pasaje de más de 2 millones de pesos.

La investigación reveló que al menos 20 mujeres chilenas habrían sido agredidas y explotadas sexualmente en Asia, en una operación que también afectó a víctimas de otras nacionalidades.

Según los antecedentes, parte del modus operandi consistía en trasladar a las jóvenes a Camboya o Tailandia antes de que caducara su visa para luego ingresar nuevamente a Corea del Sur y trabajar en clubes de karaoke o locales nocturnos que operan como fachadas, particularmente en la isla de Jeju y otras ciudades como Ulsan.

Víctima fallecida y situación de las imputadas

El caso ha revelado una tragedia adicional: una de las mujeres, identificada por sus iniciales E.K.V.S., de 23 años, murió en Camboya en noviembre pasado en circunstancias que aún no han sido esclarecidas.

El cuerpo de la joven sigue en Asia mientras la Cancillería y su familia gestionan los recursos para su repatriación.

Hasta la fecha, tres mujeres chilenas han sido formalizadas y se encuentran en prisión preventiva, acusadas de asociación ilícita y trata de personas con fines de explotación sexual.

La fiscal especializada, Carolina Suazo, señaló que las captadoras operaban dentro de círculos de amistad y ofrecían viajes con supuestas oportunidades laborales, una vez que las víctimas accedían a viajar, eran insertas en la red criminal.

Coordinación internacional y amenazas

La investigación se ha extendido más allá de Chile, con coordinaciones internacionales para dar con el presunto cabecilla de la organización, un ciudadano surcoreano que financió los viajes y seleccionaba a las víctimas.

Las pesquisas apuntan también al uso de redes sociales como Instagram y Telegram para publicitar a las jóvenes y captar nuevas víctimas.

Las autoridades han señalado que amenazas y temor a represalias han dificultado la cooperación de algunas víctimas, lo que complica el esclarecimiento completo de los hechos y la posible identificación de más involucrados.