Tras concretarse el sobreseimiento de Felipe Berríos por las denuncias de abuso sexual en su contra, este miércoles se dio a conocer una reveladora entrevista que concedió en junio de 2023 al periodista Cristián Amaya, de Vergara 240.
Allí, el sacerdote —exjesuita— aborda el proceso que lo llevó a renunciar a la Compañía de Jesús y el detalle de parte de los hechos que se le imputaron. Además, señaló: “Si yo fuera un abusador, habría sido repetitivo en el tiempo”.
El fundador de Techo calificó el momento que vivía en ese entonces como “el más duro de mi vida”, lamentando que “los curas (de la Compañía de Jesús) no me han preguntado si soy inocente o no, ni cuál es mi versión”.
Además, afirmó que la Fundación Para la Confianza, liderada por el abogado Juan Pablo Hermosilla, lo desacreditó sistemáticamente.
Berríos detalla una de las denuncias en su contra
En esa línea, respecto a los delitos que se le asociaron, dijo que nunca hubo “relaciones sexuales, ni consentidas ni obligadas, no hay desnudos, no hay tocación de genitales, no hay beso, no hay palabras soeces ni libidinosas”.
Explicó que la acusación más grave vino de una mujer que lo acusó de abusar de ella en el colegio San Ignacio El Bosque, cuando tenía 7 años. “(Denunció que) había una cama y que yo tuve relaciones sexuales con ella, que la violé… pero eso fue rechazado por la investigadora”, acotó.
Agregó que “esa misma cabra, a los 14 años, la mamá la lleva a mi oficina porque había tenido relaciones sexuales con el pololo y estaba angustiada, porque ya no era virgen… y (acusa) que en esa reunión le toqué los muslos, le toqué los brazos… y que le di una palmada en el poto”.
El religioso afirmó, además, que la denunciante estaba con tratamiento psiquiátrico, y que desde los 10 años tenía “imágenes sexualizadas con su papá… y con un empleado de la casa del abuelo”. Así, dijo que después de veinte años “va a la Fundación para la Confianza y ahí le meten en la cabeza que es conmigo”.
Renuncia a la Compañía de Jesús
En otra parte de la entrevista, consignó V240, Berríos leyó con voz quebrada un extracto de una carta que envió a Arturo Sosa, el superior general de la orden en Roma. Allí, renuncia a la Compañía de Jesús, graficando la decepción que sentía de sus colegas:
“Durante todos estos años he sido un jesuita profundamente feliz y siempre pensé y dije que moriría como jesuita. Le escribo para solicitarle formalmente, con tristeza, serenidad y delante de Dios, la dimisión de la Compañía. La situación que se ha creado por las denuncias recibidas en mi contra hace imposible que siga en ella. Seguiré mi vocación de vivir el evangelio y dar testimonio de él, pero ya no en la Compañía de Jesús.
No tengo rencor hacia nadie, solo una tristeza profunda por haber tenido que tomar esta decisión definitiva. No puedo seguir siendo parte de un grupo que en todos estos meses nunca me preguntó cómo estaba, que me maltrató y desconfió de mí. El daño de mi dignidad como persona y sacerdote ha sido muy profundo y doloroso. Pero lo más grave es que la propia Compañía ha contribuido a mi descrédito, sin haber tenido en ningún momento al menos el derecho a la duda respecto a las denuncias interpuestas y la acogida incondicional que se espera de un padre, de unos hermanos y amigos del Señor. Los protocolos nos están matando…
Cuando más necesité del apoyo de la Compañía, la Compañía me abandonó. Y aún más, me deshonró públicamente a través de los medios de comunicación social. No ha habido una sola palabra de compromiso con mi persona. No parece que sea yo alguien que pertenezca a la Compañía, todo lo contrario, yo soy su enemigo…
Usted sabe que mi persona es conocida por mucha gente, para lo bueno y para lo malo. Fui acusado de hechos de connotación sexual y algunas denuncias los sitúan en un contexto de confesión. No he cometido los hechos que se me imputan. Habré podido cometer errores en el trato con algunas personas, pero absolutamente nunca he abusado de una sola persona.
Espero que esta investigación y un juicio transparente en los tribunales ordinarios puedan demostrar mi inocencia. Hasta ahora nada de eso se me ha permitido. Ni el derecho canónico ni el modo de interpretarlo cumplen con los estándares judiciales convencionales… la aberración que significa comunicar en público un hecho que puede ser falso y que, sin embargo, te arruinó la vida…”.
Extracto de renuncia de Felipe Berríos a la Compañía de Jesús, según Vergara 240.
Finalmente, Berríos aseguró que Sosa solo le respondió que para salirse de la Compañía debía seguir el protocolo.