Un informe de las Naciones Unidas reveló que el hambre mundial empeoró a gran escala en 2020, período marcado por la pandemia de covid-19. Según señala el reporte, cerca de la décima parte de la población mundial se encontraba subalimentada hasta el año pasado, lo que se traduce en cerca de 811 millones de personas.

Se trata de la edición del año en curso de “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, cuyos informes anteriores ya daban cuenta de esta grave situación. “Lamentablemente, la pandemia sigue revelando deficiencias en nuestros sistemas alimentarios que amenazan la vida y los medios de subsistencia de personas de todo el mundo, afirma el documento.

“El año en curso ofrece una oportunidad singular de promover la seguridad alimentaria y la nutrición mediante la transformación de los sistemas alimentarios en el marco de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, la Cumbre sobre Nutrición para el Crecimiento y el 26.º período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tendrán lugar próximamente”, agrega.

La publicación del informe es obra conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Las cifras detalladas

Se estima que el año pasado padeció subalimentación cerca del 9,9% de la población mundial, frente al 8,4% registrado en 2019.

Más de la mitad de la población subalimentada (418 millones de personas) vive en Asia; más de un tercio (282 millones) vive en África, y una proporción inferior (60 millones) vive en América Latina y el Caribe. Sin embargo, el aumento más acusado del hambre se registró en África, donde la prevalencia estimada de la subalimentación (21% de la población) supera en más del doble a la de cualquier otra región.

Globalmente, más de 2.300 millones de personas (el 30% de la población mundial) carecieron de acceso a alimentos adecuados durante todo el año. Este indicador, conocido como prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave, se disparó en un año tanto como en los cinco años anteriores combinados.

La desigualdad de género también se agudizó. Esto, ya que en 2020, por cada 10 hombres que padecían inseguridad alimentaria, había 11 mujeres que la padecían (frente a 10,6 2019).

Medidas para paliar la malnutrición

En función de los factores que afectan a cada país o continente, el informe de Naciones Unidas propone la concreción de las siguientes medidas para disminuir los índices de malnutrición en la población:

Integren las políticas humanitarias, de desarrollo y de consolidación de la paz en las zonas de conflicto, por ejemplo mediante medidas de protección social que eviten que las familias vendan sus exiguos bienes a cambio de alimentos.

Amplíen la resiliencia frente al cambio climático en los distintos sistemas alimentarios, por ejemplo ofreciendo a los pequeños agricultores un amplio acceso a seguros contra riesgos climáticos y financiación basada en previsiones.

Fortalezcan la resiliencia de la población más vulnerable ante las adversidades económicas, por ejemplo mediante programas de apoyo en especie o en efectivo para reducir los efectos de las perturbaciones derivadas de la pandemia o la volatilidad de los precios de los alimentos.

Intervengan a lo largo de las cadenas de suministro para reducir el costo de los alimentos nutritivos, por ejemplo fomentando la plantación de cultivos bioenriquecidos o facilitando el acceso de los productores de frutas y hortalizas a los mercados.

Luchen contra la pobreza y las desigualdades estructurales, por ejemplo impulsando las cadenas de valor alimentarias en las comunidades pobres mediante transferencias de tecnología y programas de certificación.

Fortalezcan los entornos alimentarios y la introducción de cambios en el comportamiento de los consumidores, por ejemplo eliminando las grasas trans industriales y reduciendo el contenido de sal y azúcar en el suministro de alimentos o protegiendo a los niños frente a los efectos negativos de la comercialización de alimentos.