Pese a la temporada invernal, la temperatura de la carrera presidencial al interior de la centroizquierda chilena continúa incrementándose.

Durante esta semana, la candidata del Partido Socialista (PS), Paula Narváez, utilizó diversos adjetivos para acelerar las definiciones, principalmente de la Democracia Cristiana (DC).

Desde la Falange han insistido en que la directiva – liderada por Carmen Frei – tomará una decisión después de la segunda vuelta para gobernadores regionales y, ante una eventual primaria convencional, señalaron que deben primeramente recomponerse las relaciones con el PS.

De todas maneras, la exvocera del Gobierno de Michelle Bachelet volvió a emplazar al sector y alertó que ya “no queda tiempo”.

Según cercanos a la campaña, la presión de Narváez se debe al poco apoyo que ha logrado concitar especialmente del Partido por la Democracia (PPD), que se dividió tras la bajada de Heraldo Muñoz.

Incluso, desde la tienda no descartan que durante las próximas semanas – dependiendo de la acciones de Yasna Provoste – se alejen de la abanderada del PS.

En ese sentido manifestaron que la visita de la presidenta del Senado a La Araucanía, junto a su par del PPD, Jaime Quintana, es una de las primeras señales de cercanía.

Sobre el emplazamiento de Narváez y de sectores socialistas, Provoste se limitó a pedir que “las energías” se dirigieran en la búsqueda de ayuda para las familias.

Respecto a esta polémica, la carta y presidente del Partido Radical (PR), Carlos Maldonado, criticó las declaraciones de Narváez y las calificó de “inconsistentes”, descartando participar – por ahora – de una medición previa a la elección presidencial.

De todas maneras, en la oposición se observa un escenario cada vez más probable que la candidata levantada por la expresidenta Bachelet no llegue a los comicios de noviembre.