Un policía británico murió en la madrugada del viernes tras recibir un disparo de un detenido en una comisaría del sur del Londres, anunciaron las autoridades, en el primer caso desde 2012 de un agente muerto por bala.
El policía, casado y padre de dos hijos, falleció en el hospital tras haber sido atacado por un hombre que se encontraba arrestado en el centro de detención de Croydon, precisó la policía londinense.
Según constata Sky News, la identidad del oficial no ha sido informada debido a que aún no se ha podido informar a toda su familia cercana.
“Los primeros indicios sugieren que el sospechoso puede haberse disparado a sí mismo”, dijo la jefa de Scotland Yard, Cressida Dick, subrayando que “esto aún no es un hecho probado”.
“Estamos en las primeras fases de la investigación y tratamos de establecer las circunstancias que rodean a este ataque”, afirmó.
De acuerdo con Sky News, información preliminar indica que el policía habría ingresado a la celda del sujeto para procedimientos rutinarios, como recabar información y efectuar procedimientos preventivos contra el covid-19.
Fue ahí que el sospechoso, quien no habría estado esposado, disparó con un arma cuyo origen aún se investiga.
Según un periodista de la BBC especializado en asuntos policiales, Danny Shaw, se cree que el sospechoso era conocido por la policía antiterrorista, que lo habría vigilando en el pasado, pero Scotland Yard no confirmó esta información.
Los últimos policías británicos muertos a tiros en cumplimiento del deber fueron Fiona Bone y Nicola Hughes, víctimas en septiembre de 2012 de una emboscada por un traficante de droga en Mánchester, en el noroeste de Inglaterra.
Desde entonces, cinco agentes han muerto en servicio en el Reino Unido por arma blanca o en persecuciones de automóviles.