El 22 de octubre de 1989 marcó un antes y un después en la historia de los residentes de St. Joseph, un pueblo del estado de Minnesota, al norte de Estados Unidos.

Ese día, un niño de 11 años identificado como Jacob Wetterling desapareció sin dejar rastros de su destino ni del de su captor, mientras paseaba en bicicleta junto a su hermano menor y un amigo.

Su desaparición, la cruzada de sus padres por hallarlo con vida y los detalles de su muerte marcaron un precedente en la historia judicial de EE.UU.

Jacob Wetterling Resource Center

La desaparición

El domingo 22 de octubre de 1989, poco después de las 21:00 horas, Jacob Wetterling (11 años), su hermano Trevor (10) y un amigo de ambos, Aaron Larson (11), volvían a casa a bordo de sus bicicletas tras visitar una tienda de arriendo de videos.

Mientras pasaban por la altura de una carretera local, los menores fueron abordados por un hombre que les ordenó a dejar sus bicicletas y decirles sus edades. El individuo no pudo ser identificado, debido a que vestía una máscara.

Tras las respuestas de los pequeños, el hombre gritó a Trevor que corriera lo más lejos posible hacia el bosque que los rodeaba. Posteriormente, tomó a Jacob y le dijo a Aaron que se fuera corriendo del lugar y no mirara atrás. Ésta fue la última vez que vieron a su amigo y hermano con vida.

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El desarrollo del caso

Tras su desaparición, las policías montaron un intenso operativo de búsqueda que incluyó más de 200 guardias nacionales y numerosos voluntarios, entre ellos varios conocidos de la familia Wetterling y habitantes de la zona.

Días después, el rostro del niño comenzó a aparecer en los carteles públicos -algo que continuó por años- y los vecinos de St. Joseph acordaron dejar las luces de la entrada de sus casas encendidas, como un símbolo para pedir por el regreso del menor sano y salvo; tradición que se repitió de forma anual durante décadas.

Por su parte, la policía seguía adelante con el caso. Si bien lograron varias pistas, durante años fueron incapaces de encontrar a Jacob y al culpable de que se esfumara su rastro.

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La Ley Jacob

En todo el tiempo que transcurrió desde su desaparición, los padres de Jacob, Jerry y Patty Wetterling, nunca perdieron la esperanza de encontrar a su hijo con vida.

Luego que se perdiera el rastro del menor, el matrimonio se convirtió en férreos defensores de los derechos de los niños e incluso fundaron el Centro de Recursos Jacob Wetterling, una organización enfocada en ayudar a las familias y a las comunidades en la lucha contra el abuso de los menores.

Y es que el caso marcó la infancia de muchos niños en Minnesota y cambió la forma en que los padres dejaban a sus hijos jugar libremente. Pero el impacto de la pérdida de Jacob fue más allá, llegando incluso a cambiar las leyes que regían en su natal Estados Unidos.

En 1994 fue aprobada la Ley Jacob, la cual está centrada en proteger a la infancia y en la que se ordenaba a cada estado a crear un registro de los delincuentes sexuales locales.

Pese a los avances judiciales y al trabajo de la organización creada por sus padres, el rastro de Jacob seguía sin ser resuelto.

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“Persona de Interés”

Poco a poco, pasaron los años e incluso décadas desde ese fatídico 22 de octubre, en que se vio por última vez con vida al pequeño Jacob.

Finalmente, en septiembre de 2016 la historia daría un dramático giro, luego que un hombre identificado como Danny Heinrich, quien había sido por años una “Persona de Interés” en el caso Wetterling, confesara su participación en los hechos.

Dos años antes, en 2014, y gracias al uso de una tecnología que no estaba disponible en 1989, la policía halló el ADN de Heinrich en la camiseta de un niño agredido sexualmente 10 meses antes de la desaparición de Jacob; situación por la cual el hombre se había convertido en sospechoso del caso.

Esta muestra de tejido les permitió conseguir una orden judicial para registrar la casa de Danny, donde hallaron una gran colección de pornografía infantil, motivo por el cual lo detuvieron y procesaron -considerando que el asalto sexual al otro menor ya había prescrito-.

Luego de su detención, los fiscales trataron de negociar por meses con Heinrich con el fin de obtener nueva información sobre el caso Wetterling. Finalmente en agosto de 2016, tras llegar a un acuerdo con las autoridades y los padres del pequeño, el hombre confesó ser el culpable del hecho.

Cabe destacar, que con el acuerdo Heinrich logró evitar el ser acusado por asesinato y cumplirá una pena de máximo 20 años de prisión por cargos relacionados con pornografía infantil.

La cruda confesión de Heinrich

El testimonio del hombre enmascarado fue, al menos, “escalofriante” de acuerdo a lo catalogado por la prensa local, consignada por el medio BBC Mundo.

En medio de un auditorio lleno de gente, entre los cuales destacaban Jerry y Patty Wetterling, el culpable relató detalles de lo ocurrido con la desaparición.

Contó cómo confrontó a los niños usando una máscara y armado con un revólver, pidiéndole a Trevor y Aaron que se fueran corriendo del lugar y dejaran solo a Jacob.

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Agregó que posteriormente agarró del codo a Jacob, le puso unas esposas, lo subió a su automóvil y lo condujo a un hoyo de arena, donde abusó sexualmente de él. “¿Qué hice mal?”, le preguntó entre llantos el menor, mientras le rogaba que lo dejara volver a casa, informó la Agencia AFP.

Una vez en el lugar y perpetrando el abuso, Heinrich aseguró que entró en pánico tras ver luces y oír las sirenas de una patrulla policial que pasaba cerca, por lo que decidió tomar su revólver, ponerle dos balas y ordenar a Jacob que se diera vuelta.

Luego, disparó al pequeño de 11 años, dándole muerte en el lugar.

Danny Heinrich | Stearns Count MN

La resignación de sus padres

Una vez conocidos los detalles del caso, Jerry y Patty Wetterling se mostraron profundamente afectados. El hecho de haber mantenido la esperanza de encontrarlo con vida y luego conocer su duro final, los destrozó.

Poco después de finalizada la audiencia judicial, la madre envió un mensaje de texto a una emisora te TV local en la que afirmó que su hijo “fue encontrado y nuestros corazones están rotos”.

“Es increíblemente doloroso para nosotros saber cómo transcurrieron sus últimos días, últimas horas, últimos minutos”, dijo Patty tras la audiencia.

A ello, agregó que “Para nosotros, Jacob estaba vivo hasta que lo encontramos. Necesitamos curarnos”.

En tanto, en un comunicado difundido en la página web del Centro de Recusos Jacob Wetterling, la familia ahondó en su pesar.

“No queríamos que la historia de Jacob acabara de esta manera. En este momento de dolor y shock, volvemos a los inicios. Los Wetterling tuvieron la elección de adentrarse en la amargura y el odio o caminar hacia una luz de lo que podría ser la luz de la esperanza. Su elección cambió el mundo”, dijeron en el comunicado.

La historia de Jacob Wetterling, sin duda, tuvo un triste final. No obstante, el amor de sus padres y la compasión de todo un país lograron profundos cambios en la preservación de la infancia y el sistema judicial local, los cuales han permitido agilizar la búsqueda y hacer justicia en favor de miles de niños a lo largo de Estados Unidos.

Jerry y Patty Wetterling | Jacob Wetterling Resource Center