Durante esta tarde el presidente de Estados Unidos y candidato a reelección por el sillón presidencial de la Casa Blanca, Donald Trump, aseguró —sin ninguna evidencia concreta— que ganará la carrera, a menos que le “roben” la elección.

Trump declaró que el voto por correo “ha destruido nuestro sistema”, señalando que es un sistema corrupto y una trampa.

“Si cuentan los votos legales, gané fácilmente. Si cuentan los ilegales, pueden intentar robarnos la elección”, fueron las palabras del presidente.

El mandatario que busca la reelección celebró además que ha ganado un margen “histórico” del voto latino y de otras minorías en estas elecciones. “He ganado la proporción mayor de votantes no blancos de cualquier republicano en 60 años”, afirmó.

Trump dijo que su equipo de campaña había iniciado una “tremenda cantidad de litigios” para contrarrestar lo que llamó “corrupción” de los demócratas, incluso cuando varios funcionarios en estados en los que la carrera sigue reñida han defendido la integridad de la votación.

“No podemos permitir que nadie amordace a nuestros votantes e invente los resultados”, dijo. “Tengo la sensación de que los jueces van a tener que decidir al final”.

El presidente reiteró sus acusaciones sin fundamento de fraude electoral como hizo al declararse ganador de los comicios el miércoles de madrugada, horas después del cierre de las urnas el 3 de noviembre, cuando amenazó con ir hasta la Corte Suprema.

“Están intentando amañar las elecciones. Y no podemos permitir que eso suceda”, señaló el jueves sobre los demócratas.

También consideró las encuestas de intención de voto de los medios, que durante meses presentaron a Biden como favorito, como “una interferencia electoral en el verdadero sentido de la palabra por poderosos intereses especiales”.

El presidente parece cada vez más aislado dentro de su partido republicano, mientras el escrutinio continuaba en varios estados y Biden lo aventajaba en el número de votos electorales necesarios para alcanzar la Casa Blanca.

Trump también declaró incorrectamente que “el aparato electoral en Georgia está dirigido por demócratas” y que “los funcionarios que supervisan el conteo en Pensilvania y otros estados son parte de una maquinaria demócrata corrupta”.

Nevada y Georgia tienen secretarios de estado republicanos, mientras que Pennsylvania, Michigan y Arizona tienen secretarios de estado demócratas. En Carolina del Norte, en tanto, las elecciones son supervisadas por una junta bipartidista.