La economía japonesa creció por octavo trimestre consecutivo en los últimos tres meses de 2017 según los datos del Gobierno publicados el miércoles, los que muestran que el país goza del periodo de expansión más largo desde finales de la década de 1980.

El Producto Interno Bruto (PIB) en el último trimestre del año creció 0,1% con respecto al periodo anterior, indicó la Oficina de Estadísticas.

Esta expansión quedó por debajo de las expectativas del mercado de un crecimiento de 0,2% y representa una desaceleración con respecto al 0,6% marcado en el trimestre entre julio y septiembre.

En términos anualizados, la tercera economía mundial creció 0,5% en el cuarto trimestre y creció un 1,6% en el año calendario 2017, frente al 0,9% en 2016.

“El crecimiento en el último trimestre fue muy bajo comparado el periodo de la burbuja pero la economía es lo suficientemente sólida”, dijo el economista jefe de Norinchukin Research Institute, Takeshi Minami.

“Hay preocupaciones persistentes sobre el consumo pero podemos esperar que la economía se recupere aún más si el alza de salarios ‘shunto’ es mejor que en los años anteriores”, dijo, en referencia a las negociaciones colectivas entre las direcciones y los empleados que se celebran cada año en primavera.

Minami advirtió que la débil alza de los salarios podrían minar el crecimiento.

“Vimos algunas turbulencias financieras en febrero. Si las compañías toman esto como una excusa para resistirse al alza de los salarios, esto ensombrecería el escenario para una expansión de más larga duración”, dijo el experto.

Un crecimiento sólido

El ministro de Economía, Comercio e Industria de Japón, Toshimitsu Motegi, dijo que la actual racha de crecimiento es sólida en comparación con la volátil “burbuja” de expansión de la década de 1980, dijo Bloomberg News.

En ese periodo, en el cual las bajas tasas llevaron a la especulación inmobiliaria y bursátil, el índice Nikkei de la bolsa tocó un máximo de 40.000 puntos en 1989, casi el doble de la cota actual.

Después, la burbuja explotó a inicios de la década de 1990 desatando un periodo de bajo crecimiento conocido como “las décadas perdidas”.

“En comparación con la economía de la burbuja, el sector corporativo japonés es muy cauto en sus inversiones, en otras palabras los indicios de una burbuja están contenidos, en relación a hace 30 años”, dijo el economista jefe de Sumitomo Mitsui Banking Corp, Junko Nishioka.

En el último trimestre de 2017, la economía del archipiélago logró mantenerse en el verde gracias a un repunte del consumo de los hogares, un 0,5%; y a que las inversiones de las empresas siguieron siendo sólidas, un 0,7%.

Japón vive actualmente el periodo de expansión más duradero desde la racha de crecimiento interrumpido de 1986 a 1989, ayudada por un contexto mundial favorable y por una política del gobierno del primer ministro, Shinzo Abe, que comenzó en 2012 y que se conoce como “abenomics”.

En cambio, el país no ha logrado vencer la deflación debido a las modestas alzas salariales, pese a una política ultra expansiva adoptada por el Banco de Japón (BoJ).

El gobernador del ente emisor, Haruhiko Kuroda, ha prometido mantener una política monetaria expansiva dados los niveles de inflación.

La economía japonesa ha disfrutado de un periodo de crecimiento impulsado por las exportaciones, gracias a la recuperación de la economía mundial.

También fue apuntalado por las inversiones en infraestructura para los Juegos Olímpicos de 2020.