La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se reunió este miércoles con el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, en el inicio de una visita a este país devastado por la crisis política y económica.

Bachelet fue recibida por Arreaza en la Casa Amarilla, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores en Caracas, en medio de un concierto de música tradicional. No realizó declaraciones de inmediato.

“Esperamos que (la visita) sea para bien, escuchar recomendaciones, propuestas de alto nivel profesional (…) para que Venezuela mejore”, dijo el presidente Nicolás Maduro en una alocución televisada.

La diplomática, que arribó en la tarde al aeropuerto de Maiquetía, cerca de Caracas, sostendrá encuentros con el mandatario y con el opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por medio centenar de países.

Bachelet llegó por invitación de Maduro, bajo cuyo gobierno -iniciado en 2013- el país cayó en la peor recesión de su historia moderna y es acusado por la oposición de sistemáticas violaciones de derechos humanos.

Yuri Cortez | Agence France-Presse
Yuri Cortez | Agence France-Presse

Según la ONU, desde 2015 unos cuatro millones de venezolanos emigraron por la crisis, marcada por escasez de bienes básicos, una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para 2019, así como por el colapso del sistema de salud y los servicios públicos.

La visita no escapa al pulso entre Maduro y Guaidó, jefe del Parlamento quien se autoproclamó mandatario hace cinco meses.

Maduro reivindica que Bachelet llega con su venia, mientras Guaidó sostuvo este miércoles que su presencia es un “reconocimiento de la catástrofe” que vive el país con las mayores reservas petroleras.

Bachelet también se reunirá con “víctimas de abusos y de violaciones de derechos humanos”, según su oficina.

Con ocasión de su visita, ONGs convocaron a movilizaciones el viernes para denunciar la situación, respaldadas por Guaidó.

En ese contexto, la visita podría “visibilizar más la crisis” y motivar a la Unión Europea a “aumentar la presión” contra Maduro, aseguró el internacionalista Mariano de Alba.

País en estado crítico

La expresidenta chilena se encontrará con un país cuya economía se redujo a la mitad entre 2013 y 2018, y donde la producción petrolera perdió dos millones de barriles diarios en la última década.

Una situación que ha llevado a que siete millones de personas -un cuarto de la población- necesite ayuda humanitaria urgente, según un informe de la ONU.

Se estima que 22% de los menores de cinco años sufren desnutrición crónica y 300.000 pacientes están en riesgo por falta de tratamientos y medicinas, añade ese estudio.

La comisionada, que envió una avanzada en marzo, ha manifestado que la negativa del Gobierno a reconocer las dimensiones de la crisis hace que la respuesta oficial sea insuficiente.

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“Estamos pidiendo a Michelle Bachelet que vea lo que está pasando en nuestro país”
- Pedro Amado, extrabajador petrolero en huelga de hambre.

“Estamos pidiendo a Michelle Bachelet que vea lo que está pasando en nuestro país”, dijo Pedro Amado, de un grupo de extrabajadores petroleros en huelga de hambre desde hace tres semanas para reclamar pagos.

Bachelet, quien prepara un informe sobre Venezuela, también ha denunciado la “criminalización de la protesta”.

A inicios de este año, con motivo de manifestaciones, refirió denuncias sobre “uso excesivo de la fuerza, asesinatos, detenciones arbitrarias y torturas” por parte de autoridades.

Familiares de presos por motivos políticos (693 según la ONG Foro Penal) le piden que interceda por su libertad. No obstante, Maduro niega la existencia de “presos políticos”.

El lunes, el diputado opositor Gilber Caro fue liberado tras casi dos meses de arresto, pero otro colega está preso y 14 refugiados en embajadas o en la clandestinidad por apoyar un fallido alzamiento militar contra Maduro, liderado por Guaidó, el 30 de abril.

Temor por sanciones

La Alta Comisionada es crítica de las sanciones de Donald Trump para asfixiar a Maduro, apoyado por los militares, Rusia y China.

Teme que la prohibición de transar crudo venezolano en Estados Unidos repercuta sobre los “derechos básicos y el bienestar de la población”, en un país donde el petróleo financia 96% del presupuesto.

Maduro sostiene que el “bloqueo” dificulta la importación de alimentos, medicinas e insumos hospitalarios, y en abril autorizó el ingreso de ayuda de la Cruz Roja.

Bachelet “ratificará su escepticismo ante las sanciones, pero también reflejará situaciones que dejarán a Maduro en una peor posición”, estima De Alba.