El miércoles, Kirk Douglas, último ícono del Hollywood antiguo, murió a los 103 años.

Su vida estuvo marcada por haber sido parte de clásicos del cine y dos matrimonios. Su última esposa fue Anne Buydens, con quien tuvo dos de sus cuatro hijos, pero no fue su última pareja.

Esta unión duró 65 años, relación en la cual el artista tuvo relaciones extra maritales con una serie de mujeres de su mismo círculo, aunque su señora siempre estuvo al tanto de ellas.

En el libro conjunto Kirk y Anne: cartas de amor, risa y una vida en Hollywood, la mujer afirmó que su esposo nunca intentó ocultarle sus aventuras.

Incluso llegó a decir que, como europea, entendió “que no era realista esperar fidelidad total de un matrimonio”.

En The Ragman’s Son, su autobiografía de 1988, Douglas reveló que parte de sus conquistas fueron Christina Crawford, Rita Hayworth y Patricia Neal.

Además, relató que Lauren Bacall lo rechazó en más de una ocasión y que él hizo lo mismo con la actriz Ava Gardner, cuando esta estaba casada con Frank Sinastra.

En Kirk y Anne, Buydens aseguró que su esposo le pidió permiso para poder incorporar historias de sus relaciones extra maritales en su memoria.

“Estoy segura que su sinceridad lo ayudó a hacer de ese libro un gran éxito de ventas”, señaló con posterioridad.

De acuerdo a Vanity Fair, la pareja renovó sus votos en 2004, año en que cumplieron cinco décadas de matrimonio.

La ceremonia fue la forma que Kirk usó para darle una “fiesta de verdad” a su mujer, ya que contrajeron nupcias en Las Vegas frente a un oficial civil.

La pareja se conoció en 1953 durante el rodaje de la película Acto de Amor en París, donde Anne trabajaba como productora.

Ambos estaban en relaciones en ese entonces y Kirk ya tenía dos hijos. Al año siguiente ya estaban casados.

Uno de ellos es Michael, esposo de Catherine Zeta-Jones, quien confirmó el deceso de su padre, quien aglutinó tres nominaciones a los premios Oscar, un Oscar honorario y una estrella en el Paseo de la Fama.

En una columna publicada por el fallecido actor en Los Angeles Times en junio de 2014 recordó que la mujer le ayudó con el francés y la prensa.

Le gustó, por lo que le ofreció un trabajo, el que ella declinó afirmando que podía recomendarle a otra persona.

Por esos años Douglas ya era un actor de renombre, por lo que el rechazo no era algo a lo que estuviera acostumbrado.

Cuando supo que Buydens viajaría al poco tiempo a Nueva York anunció que la llevaría a comer al mejor restaurant de la ciudad, pero volvió a tener una respuesta negativa, ya que la joven le afirmó que prefería comer huevos revueltos.

“El hecho de no haberla impresionado me impresionó, así que me decidí a conquistarla”, escribió Douglas.

“Cualquier persona que sepa mi historia conoce el resto. Se unió a la producción y coqueteamos en Francia e Italia. Volví a Estados Unidos y la invité a que me visitara”, añadió.

“No sé por qué Anne se quedó conmigo en las primeras décadas. Si queda alguien vivo con quien haya trabajado atestiguarían que no era el señor popular (…). Algunos me aguantaban porque tenía una esposa maravillosa. Todos la amaban, incluyendo mi primera esposa y mis dos hijos mayores”, agregó.

“Anne nunca trató de cambiarme, pero nunca dudó en ser franca, generalmente de manera amable, con humor, sutilmente. Pero sí me cambió y para mejor”, aseveró en la columna.