Cuando la princesa Diana falleció el 31 de agosto de 1997, la vida de los príncipes William y Harry cambió para siempre. Desde ese momento tuvieron que enfrentar la vida sin su madre y acatando las reglas reales que a Lady Di tanto le gustaba romper.

También tuvieron que dejar su hogar en el palacio de Kensington e irse a vivir permanentemente con su padre en el palacio St. James. Pero antes de partir, el príncipe Carlos permitió que sus hijos guardaran una pertenencia de su madre cada uno, para que pudiesen llevarla con ellos.

William eligió el reloj de Cartier de Diana, mientras que Harry se decidió por el anillo de compromiso de zafiro, el que esperaba darle a su futura esposa cuando fuera el momento.

Palacio de Kensington
Palacio de Kensington

Sin embargo, 14 años después Harry se sacrificó por su hermano. Cuando “Wills” decidió pedirle matrimonio a Kate Middleton, tras 10 años de relación, el actual duque de Sussex cedió desinteresadamente la joya a su hermano mayor, para que se la entregara a su novia.

Esta fue la forma en la que Harry agradeció a su hermano todo el cariño y cuidado que le había prestado en su vida, y una forma de dar la bienvenida a Kate, a quien dijo querer como una hermana.

Fue el mismo William quien le contó al mundo la importancia de la joya. “Es el anillo de compromiso de mi madre y es muy especial para mí, y Kate también es muy especial para mí ahora. Fue justo que los dos estuvieran juntos”, dijo William en el canal de noticias británico ITV tras anunciar su compromiso en 2010.

“Fue mi manera de asegurarme de que mi madre no se perdiera el día de hoy y la emoción y el hecho de que vamos a pasar el resto de nuestras vidas juntos”, agregó.

Debido a este sacrificio, Harry no pudo darle el anillo de su madre a su esposa Meghan Markle, pero en compensación diseñó uno usando diamantes de una de las tiaras favoritas de la colección personal de Diana.

Palacio Kensington
Palacio Kensington

La historia tras el anillo

Pero no sólo esa historia guarda aquella joya de zafiro. La princesa Diana escogió dicho diseño y material para rendir un homenaje a la reina Victoria, tatarabuela de su entonces futuro esposo, el príncipe Carlos.

En 1981, Lady Di optó por un anillo de una colección diseñada por la antigua joyería Garrard, decisión que fue bastante criticada, ya que no se trataba de una pieza única como acostumbra la familia real, sino que de una por catálogo, según consignó la revista Vogue.

El anillo de Diana, por su parte, era de oro blanco con un zafiro de 12 kilates adornado con 14 diamantes solitarios y estaba avaluado en 500 mil dólares, más de 330 millones de pesos chilenos.

La joya, además, tenía un gran parecido con un significativo prendedor que el príncipe Alberto había regalado a la reina Victoria, una de las historias de amor más recordadas en Inglaterra.

Kensington Palace
Kensington Palace

El origen

A mediados del siglo XIX, en 1840 específicamente, el príncipe Alberto le encargó a Garrard crear un prendedor azul de zafiro y diamantes, como regalo para su entonces prometida, la reina Victoria.

La monarca quedó tan encantada con el presente, que decidió llevarlo el día de su boda bajo el pretexto de que sería para cumplir con la tradición de usar algo azul.

La Reina adoraba el broche y lo usaba prácticamente a diario, a pesar que durante su reinado acumuló una gran fortuna en joyas. Victoria finalmente dejó de usarlo cuando el príncipe Alberto murió en 1861 producto de fiebre tifoidea.

Reina Victoria
Reina Victoria

Tras el fallecimiento de su esposo, la Reina estaba desolada y usó negro por el resto de sus días. Además se retiró de la vida pública y mantuvo las habitaciones del príncipe tal como él las había dejado, incluso ordenó a sus empleados llevar a diario agua caliente y toallas limpias.

En tanto, el prendedor que dio origen al anillo de Diana quedó como una herencia de la Corona, tal como Victoria dispuso en su testamento, lo que significa que siempre pertenecerá al monarca reinante.

De hecho, la reina Isabel II ha sido vista usándolo en reiteradas ocasiones, como cuando conoció al presidente de Estados Unidos John F. Kennedy y para el bautizo del príncipe William.

Vogue
Vogue

Asimismo, tras el compromiso de Kate y William, el anillo pasó a llamarse el “Safiro del plebeyo” (Commoner’s Sapphire), en referencia a origen no real de la novia.

Actualmente se pueden encontrar cientos de replicas del anillo incluyendo algunas en Aliexpress por poco más de $500.

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Agence France- Presse
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