Una familia extensa, en una dictadura en un país muy similares a la nuestra, desarticulada, atravesada por los duelos, los miedos y las frustraciones de quedar en el lado de los oprimidos, del silencio forzoso.

“Era necesario conservar el orden y el respeto. Orden y respeto. Dos palabras dichas lentamente: orden y respeto.” (pp 37)

En ese contexto, del grupo de niños de esa familia, habla una niña, Elena, que va describiendo este mundo de adultos con relaciones -y vidas- quebradas que se sostienen apenas -como sombras o fantasmas- por lo que fueron y sin hacerse cargo de las consecuencias que van dejando en sus hijos y sobrinos.

“Tenía la impresión de que la infancia ocurría justo al lado mío.” (pp 23)

“Siempre escondidos, culpables, apurados por tocarnos y besarnos en el cuello, en la boca, en las manos.” (pp 78)

La prosa de Sara Bertrand es seca, precisa. Con descripciones donde los afectos, los sentimientos muchas veces parecen desconectados, como si fueran de otros, creando un ambiente cargado, denso, pudiendo en ciertos pasajes llegar a ser angustiante.

“Ser un recuerdo. Acurrucarme, dormir, desaparecer. Hundirme para siempre.” (pp137)

Así, Álbum familiar muestra los efectos de la dictadura en niños que la sufrieron de una manera sutil, pero clara, donde la degradación humana, los miedos, los silencios, la incomunicación y el absurdo van sedimentando, haciéndolos costumbre, y “las costumbres se pegan”.

“Y quise descansar los ojos. No mirar. No volver a abrirlos a esa realidad.” (pp 146)

Sara Bertrand
Álbum familiar
Seix Barral Biblioteca Breve
Editorial Planeta Chilena S.A.
Abril de 2016