Las Iglesias de Santa Rosa de Lima de Guacollo y de la Virgen de la Inmaculada Concepción de Putani del altiplano de la región Arica y Parinacota, testimonios de temprana evangelización, fueron declaradas Monumentos Nacionales esta semana.

La Iglesia de Santa Rosa de Lima de Guacollo se ubica a 226 kilómetros al noreste del puerto de Arica y tiene como características su construcción en mampostería de piedra, ligada con morteros de barro, recubierta con revoque de tierra y protegida por encalado; la techumbre que mantiene su materialidad original; la prolongación de sus muros laterales que conforman en el acceso un “arco de cobijo”. La torre-campanario adosada está construida de piedra y su planta cuadrangular, se divide en dos cuerpos y remata con una cúpula. Tiene un atrio con muro perimetral de cierre, un calvario de planta cuadrangular, con 4 niveles coronados por una cruz de piedra.

Por su parte la Iglesia de la Virgen de la Inmaculada Concepción de Putani, se ubica en el pueblo de Putani, entre las Pampas Cruz Vilque y Ucho a unos a 217 kilómetros al este de Arica.

Su nave central y sacristía fueron construidas en mampostería de piedra, ligada con morteros de barro, recubierta con revoque de tierra y protegida por encalado. La torrecampanario adosada está construida de piedra y su planta cuadrangular, se divide en dos cuerpos y remata con una cúpula. Tiene un atrio con muro perimetral de cierre, un calvario de planta cuadrangular, con 4 niveles coronados por una cruz de piedra, cuatro capillas posas y un cementerio.

Ambos templos testimonian la llegada del colonizador español y son reflejo de una época de auge posterior asociada a la explotación de la mina de plata de Potosí, que tiene además una realidad transfronteriza con presencia en Argentina y Bolivia. La mayoría de estas iglesias posee al menos un 60% de autenticidad en cuanto a la materialidad (tierra, madera, piedra, paja brava y barro) y sistemas constructivos tradicionales (albañilería de adobe y mampostería de piedra asentada en barro, incluyendo cubiertas construidas en base a un sistema de par y nudillo de madera amarradas con cuero animal). Además cuenta todavía con sistemas de administración tradicional: fabriquero, alférez o mayordomo y sigue teniendo uso religioso, asociado además a fiestas tradicionales de relevancia local o regional. Su estado de conservación es regular.

En Lista tentativa de UNESCO

Entre sus valores arquitectónicos resaltan la tipología arquitectónica, caracterizada por la iglesia de una nave, con su campanario, miserere, espacio atrio y cierre perimetral, es propia de los conjuntos, lo mismo que la forma en que se usan los materiales existentes en el lugar, tierra, piedra y paja, todo lo cual refleja el encuentro entre el mundo andino y el español, en lo que se conoce como barroco mestizo, con uso de materiales locales y técnica foránea.

Sobresale además el valor estético, expresado en la decoración y objetos religiosos, como las piedras labradas de los portales, las pinturas murales y los retablos. Respecto a su valor simbólico y social estas iglesias son centros religiosos activos, en los que las comunidades mantienen sus tradiciones vivas, sea por medio de la administración tradicional, donde un fabriquero es el encargado de la conservación del templo y un mayordomo es el encargado de las fiestas patronales, o por la continuidad de la expresión de su fe en ellas.

Cabe destacar que las “Iglesias del Altiplano”, se encuentran reconocidas como tal en la
lista tentativa de Bienes Culturales a ser postulados a la Lista de Patrimonio Mundial de la
UNESCO.