Las catorce personas que son invitadas a participar en esta obra, durante cada función, lo hacen con interés y entusiasmo, cumpliéndose uno de los objetivos de la compañía Cuerpo Indisciplinado, que dirige Camila Karl.

Porque esta propuesta escénica (idea original de Ébana Garín y Karl), que forma parte del ciclo Teatro Hoy, mezcla de performance e instalación teatral, busca compartir con los espectadores, lo más realmente posible, las exigencias de una actividad que, poco a poco, van condicionando la kinética corporal y, especialmente, la mente de las personas.

Más aún si esa actividad se relaciona con el mundo del trabajo, el tema específico de este grupo que ancla en soportes materiales y cotidianos una ficción que sobrevuela con sentido crítico los valores éticos implicados en la ambición de lograr una productividad extrema.

Y que, también, da una aguda mirada a las consecuencias concretas de estas estrategias productivas en las personas que intervienen de manera obligada o voluntaria para embalar compulsivamente los guantes que fabrican cuatro jóvenes emprendedores que decidieron trabajar 24 horas, sin parar.

Mil caras de un recinto

El recinto, el lugar donde se desarrolla esta propuesta, es un protagonista fundamental en la idea escénica de Camila Karl, aunque necesariamente no tiene que ser siempre una ex fábrica.

Para la dramaturga y directora la obra, desde su origen, está pensada para desarrollarse fuera de las salas convencionales y adaptarse a cualquier recinto que se elija.

En este caso se ocupan tres espacios bien definidos (diseño de Cristián Mayorga), que contienen mesas y cajas de cartón, entre otra utilería, a través de los cuales el público se desplaza para presenciar la acción escénica que ocurre en diversos sectores delimitados con señalética en el suelo.

El grupo actoral (Ébana Garín, Daniela Contreras, Matías Alarcón, Nicolás Venegas) despliega una enorme actividad física desde que una de las protagonistas lanza un discurso que busca convencer que el mundo se puede atrapar con esfuerzo y estrategias adecuadas.

A partir de allí, constantes llamados a la acción e instrucciones imperativas van llenando la atmósfera de un perfil marquetero, con la complicidad de un sólido apoyo sonoro (diseño de Daniel Navarro), fundamental para conmover y manejar la voluntad.

Acciones vertiginosas, discursos dichos con sentimiento y perfiles humanos bien definidos van creando contrapuntos en el grupo, recursos esenciales que dan sustento y coherencia a la historia.

Una propuesta muy creativa con un punto de vista que alumbra desde otro ángulo la realidad del mundo del trabajo y su impacto en las personas.

Y que, además, muestra a Camila Karl como una dramaturga y directora con voz propia, que experimenta en escena utilizando recursos que conoce y maneja, en función de una forma teatral contemporánea donde el público vive una experiencia bien especial.

Ex Fábrica de Metal. Pedro Lagos 1411. Jueves a sábado, 20.00; domingo, 19.00 horas. $ 2.000. Hasta el 21 de Mayo.