La muerte del escritor chileno Luis Sepúlveda a causa del Covid-19 ha tenido eco en diversos medios internacionales.

Un día después del deceso del autor brasileño Rubem Fonseca por razones ajenas al nuevo coronavirus (un infarto), el fallecimiento de Sepúlveda ha puso a la literatura latinoamericana en el ojo de la pandemia.

El diario El País de España, por ejemplo, destacó al novelista de 70 años como uno de los primeros casos diagnosticados en España a finales de febrero.

También se refirieron a su característica multiplicidad de oficios: “Antes de sensación literaria latinoamericana, en sus muchas vidas anteriores, Sepúlveda había sido desde pinche de cocina hasta activista ecologista. Su biografía era digna, sin duda, de varias novelas”, señalaron.

En Francia, la noticia también generó repercusión. En Radio Francia Internacional, lo definieron como “una de las grandes figuras de la literatura latinoamericana contemporánea”, resaltando el hecho que su obra más célebre, Un viejo que leía novelas de amor (1988), fue traducida a 40 idiomas registrando ventas de alrededor de 18 millones de ejemplares.

En el portal de Rusia Today, hablaron del contagio de Sepúlveda en la región de Asturias, España, como el primero diagnosticado de Covid-19 en la región española.

“(Fue) trasladado al hospital de Oviedo con síntomas de una neumonía, que finalmente resultó ser Covid-19”, recordaron.

El diario argentino Página 12 explicó que el deceso sucedió tras casi dos meses de hopitalización, “al no responder a los tratamientos sucesivos ni a los antibióticos y haber sumado a la neumonía inicial otras patologías y problemas asociados a distintos órganos vitales”.

A través del portal del matutino hispano La Vanguardia, recordaron una entrevista de junio de 2017, donde habló de su pasado como escolta de Salvador Allende en la Unidad Popular y como “guevarista” del Partido Socialista chileno, llegando incluso a combatir en una guerrilla en Bolivia.

“Yo siempre escribía, pero cuando fue necesario coger el arma la cogí”, dijo.

“Cuando llegó el momento de combatir en Bolivia, muchos de nosotros fuimos a combatir allí. Y lo mismo cuando llegó el momento de echar una mano a los sandinistas para que hicieran su revolución en Nicaragua. Es lo que dictaba la conciencia política y la coherencia de uno”, contó.

En la cadena de televisión alemana Deutsche Welle, explicaron qué ocurrió con Sepúlveda en los días posteriores al golpe de Estado de 1973.

“Sepúlveda se había visto obligado a abandonar su Chile natal en 1977, tras ser represaliado por el régimen dictatorial de Augusto Pinochet y de ver conmutada una pena de 28 años de prisión por otra de 8 años de exilio”, señalaron.