Howard Gardner es neurocientífico y profesor de la prestigiosa Universidad de Harvard, quién desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples.
Este modelo, propuesto en 1983, sugiere que cada persona tiene siete tipo de inteligencias: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal.
Esto lo hace voz autorizada a la hora de hablar sobre el fenómeno de la inteligencia y sus alcances.
En conversación con el medio digital La Vanguardia, Gardner expuso sus interesantes reflexiones respecto a la inteligencia de las personas, aclarando desde un comienzo que se opone a los test como medidores de esta facultad de la mente.
“Yo soy un científico y hago experimentos y, cuando mido la inteligencia de las personas, descubro que algunas son muy buenas solucionando problemas pero malas explicándolos. Y a otras les pasa lo contrario”, sostiene.
“Los tests de inteligencia no miden realmente nuestras capacidades, sino sólo la de resolverlos”, agrega.
En la misma línea, indicó que a su juicio, y luego de numerosas investigaciones, descubrió que “las malas personas no puedan ser profesionales excelentes”
“No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes”, añadió.
De acuerdo a su experiencia, los “mejores profesionales son siempre E-C-E: excelentes, comprometidos y éticos”, aseverando además que una persona no puede ser un gran profesional y una mala persona al mismo tiempo.
“Porque no alcanzas la excelencia si no vas más allá de satisfacer tu ego, tu ambición o tu avaricia”, argumenta.
Esta teoría le valió a Gardner ser galardonado con el Premio Príncipe de Asturias, en 2011. En la ceremonia, fueron varias las personalidades -de ámbitos muy distintos entre sí, como las ciencias, filosofía, deporte, música, etc- las que recibieron la distinción.
Una de las interrogantes que surgen al conocer la visión de Gardner es: ¿acaso es el campeón mundial de atletismo menos inteligente que el científico que realizó un importante descubrimiento?
Para Gardner no, argumentando que lo que sucede en este caso, es simplemente que sus inteligencias corresponden a diferentes campos.
Inteligencia como factor hereditario
Otros científicos sostienen que gran parte del componente intelectual de las personas está ligado al cromosoma X, es decir, al género femenino.
Este es el caso de Robert Lehrke, psicólogo clínico del Hospital Estatal de Brainerd, en Minnesota, quién en su publicación “Sex Linkage of Intelligence: The X-Factor” (“Sexo ligado a la inteligencia: Factor X”, en español) asevera que si una madre es una mujer muy o poco inteligente, eso se vería expresado en el hijo con mayor posibilidad.
Por su parte, Horst Hameister, investigador de la Universidad de Ulm en Alemania, agrega que las mujeres tienen significativamente menos probabilidades de desarrollar retrasos mentales en relación a los hombre; sin embargo, entre estos últimos están los CI más altos (aunque sean menos).