Los códigos de dos grandes de la moda, John Galliano y Cristóbal Balenciaga, revivieron este domingo en las pasarelas de París reinterpretados por los diseñadores de las marcas que hoy llevan sus nombres.

Un Balenciaga en el siglo XXI

Al preparar su primer desfile para la casa del legendario diseñador vasco fallecido en 1972, el nuevo director artístico Demna Gvasalia dijo que se planteó el objetivo siguiente:

“¿Cómo trasladar el legado de Balenciaga a un contexto actual?” El georgiano respondió con una colección de moda femenina prêt-à-porter otoño-invierno inspirada en el estilo callejero.

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Gvasalia acaba de tomar la posta al frente de la creación de Balenciaga en sustitución del norteamericano Alexander Wang, que nunca convenció al frente de un legado que no es para cualquiera.

El desfile, uno de los acontecimientos más esperados de la temporada, se desarrolló en los locales de estudios de televisión, bajo la mirada atenta de François-Henri Pinault, presidente de Kering -el grupo de marcas de lujo que adquirió la grifa- y de Alessandro Michele, director artístico de Gucci, otra marca del conglomerado.

Los primeros modelos, trajes sastre y tapados en tweed, tienen las caderas muy marcadas y cuadradas, reinterpretando casi hasta la caricatura las proporciones de algunos modelos clásicos de Balenciaga, instalado en París a partir de 1937.

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Hay amplias chaquetas deportivas, capitoneadas o en mezclilla, que se llevan ligeramente inclinadas hacia atrás, con el escote abierto y caído hasta los hombros, en otro guiño a las siluetas que hicieron la gloria del modisto español.

Demna Gvasalia, que trabajó para Margiela, trajo su estilo iconoclasta por ejemplo con un sobretodo deconstruído o vestidos largos que mezclan estampados floreados y colores que sorprenden.

Llevados con calzas a rayas blancas y rojas, tienen ese toque como de segunda mano característico de la marca Vetements, para la que también diseña el georgiano, un ex refugiado que huyó de la guerra en su país en los años 1990 y es actualmente una de la estrellas ascendentes en el mundo de la moda.

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En el rubro accesorios, los anteojos de sol se llevan atados a gigantescas cadenas que cuelgan como un collar. Grandes carteras cuadradas multicolores evocan las de los supermercados en plástico entelado, solo que con más colores y de grandes dimensiones.

Galliano abarca ambos géneros

Desde que tomó las riendas de la casa, John Galliano en 2011 tras el escándalo por las declaraciones racistas del genial diseñador llanito (gibraltareño), hoy director artístico de Margiela, el británico Bill Gaytten formado durante décadas a su lado ha buscado mantener encendida su llama creativa.

Para el otoño-invierno 2016-2017 abarcó las versiones marcadamente masculina o femenina de la elegancia en una sola colección destinada a vestir la mujer, que optará por uno u otro extremo.

Martin Bureau | AFP

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Varios modelos se inspiran en el uniforme de gala militar, con sus ornamentos y pasamanería, una tendencia vista en otras colecciones este año.

Alternando con otros clásicos sartoriales del guardarropa masculino hay modelos con volados y transparencias ultra femeninos. Completan las siluetas zapatillas de inspiración deportiva o de estilo boxeador.

“El punto de partida fueron unas fotos que vi de oficiales con mujeres vestidas de manera muy femenina”, explicó Gaytten tras el desfile. “Todo empezó por allí, mezclando la sastrería masculina con vestidos femeninos”, añadió.

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Del desfile, presentado en el patio del viejo liceo Carnot, se desprendía una atmósfera seductora y romántica sublimada al más puro estilo del fundador.

Una colección “icónicamente Galliano”, resume Bill Gaytten, es decir también muy británica a la hora de combinar sensibilidad y buen vestir.

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