¿Cómo nació la orejona?: El origen de la Champions que unió a la prensa con el fútbol

JUNG YEON-JE / AFP
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La Champions League es en la actualidad el torneo de clubes más importante del mundo donde se reúne lo mejor del planeta fútbol, pero: ¿Cómo nació la orejona? Te sorprenderá saber el particular origen y la cruzada que debieron emprender los equipos a la par con un histórico medio de comunicación para poder concebirla.

Para ello, nos iremos a la Inglaterra de 1954. Allí, los ingleses vivían aún conmocionados con las dos goleadas que su selección sufrió a manos de la poderosa Hungría de Zoltán Czibor (uno de los mejores extremos en la historia del fútbol), el delantero Sándor Kocsis y el histórico Ferenc Puskás (Considerado uno de los mayores goleadores de todos los tiempos).

La hecatombe ocurrió un año antes, en 1953, aunque aún dolía. El 3-6 de Wembley, que se transformó en la primera derrota inglesa en su templo sagrado, y el 7-1 en la mal llamada ‘revancha’ disputada en Budapest se habían convertido en una herida que no podía sana en el orgullo británico.

Durante décadas los ingleses se habían sentido los amos y señores del fútbol, pero la aparición de los ‘magiares mágicos’ le dieron una dura bofetada en la cara, pues notaron que en otras partes del mundo existían equipos que ya jugaban mejor que ellos.

El comienzo de una gran idea

El campeón inglés en ese tiempo era el Wolverhampton Wanderers liderado por el mediocampista Billy Wright, el único internacional con el que contaba el equipo en aquel momento. En otoño de 1954 a los ‘wolves’ se les ocurrió la genial idea de invitar a un par de clubes del Este a jugar unos amistosos en su estadio.

Uno de los cuadros invitados fue el Honved de Budapest en el cual se encontraban seis titulares indiscutidos de la selección húngara, incluidos los ‘gigantes’ Czibor, Kocsis y Puskás. Un peligro latente para los ingleses.

El 23 de diciembre el Molineux Stadium se repletó con 50 mil hinchas que asistieron ilusionados con ver a su equipo medirse ante el teóricamente mejor conjunto de toda Europa.

Rápidamente, a los 20 minutos, los húngaros ya vencían por 0-2 (Koscis y Machos), y con su mejor contingente, al Wolverhampton. Los hinchas ingleses no podían creer lo sucedido y comenzaron a pensar que la tremenda goleada de Wembley podría repetirse.

Pero llegó al respuesta de los ‘wolves’ quienes cuando no quedaba nada para finalizar la primera mitad anotaron el descuento tras lanzamiento penal, dejando las cosas 1-2.

Ya en la segunda mitad el Honved apenas existió y el Wolverhampton se fue con todo en busca de la victoria, consiguiéndola gracias a las dos ‘pepas’ de Swinbourne que desataron el delirio en las gradas del estadio.

Una reacción inesperada

La victoria provocó una inesperado entusiasmo en el público y sobretodo en la prensa inglesa que se tomó aquello como una de las grandes hazañas del fútbol. El Daily Mail, desatado, publicó ‘Campeones del Mundo’ en una portada que dio mucho que hablar en toda Europa. Sobretodo en Francia.

El periódico francés L´Equipe, a través de uno de sus grandes especialistas en fútbol, argumentó que era demasiado exagerado considerar al equipo inglés como el mejor del mundo porque el “Honved de Budapest había jugado en campo contrario después de un largo viaje. Para ser justos se deberían haber enfrentado en dos partidos, uno de ida y otro de vuelta.

Los editores del medio galo recibieron con fervor la propuesta de su redactor y comenzaron de inmediato con una particular campaña: Celebrar un torneo entre los campeones de cada una de las federaciones europeas para ver cual de ellos era el mejor. Los franceses se movieron para conseguir adeptos a su causa.

Durante varios meses se intercambiaron llamadas y correos entre los ‘grandes’ del fútbol europeo y el 2 de abril de 1955 convocaron a una reunión de urgencia en París a los dirigentes de los principales clubes que habían conquistado el título de sus ligas.

Allí estuvo el mítico Santiago Bernabéu, presidente del Real Madrid, uno de los más entusiastas con la idea de L´Equipe. Consciente de que el futuro del conjunto blanco pasaba por esa competición.

No hizo falta mucha discusión para llegar a un acuerdo. En apenas unas horas acabaron de crear la Champions League. No se pudo llamar Copa de Europa, pues la UEFA, que por entonces solo tenía un par de años de existencia, reservaba ese nombre para lo que sería la Eurocopa y porque se mostró algo receloso a la disputa de un torneo que terminaría por convertirse en su principal fuente de ingresos.

Al día siguiente se celebró el primer sorteo de la primera edición en la que compitieron 16 equipos: Lobogó, Sporting de Lisboa, Anderletch, Servette, Real Madrid, Rot-Weiss-Essen, Hibernian, Djurgardens, Gwardian de Varsovia, Partizán de Blegrado, Copenhagur, Stade Reims, Rapid de Viena, PSV, Saarbrucken y Milan.

La federación inglesa no tomó parte de la primera edición y se estrenó en la segunda con el Manchester United. El 4 de septiembre de 1955 se disputó el primer partido en Lisboa entre el Sporting y el Partizán el cual acabó 1-1.

El primer gol de la competición fue obra de Martins, cuyo nombre quedó impreso en la historia del fútbol. El primer campeón de la Champions fue el Real Madrid.

Curiosamente el Wolverhampton Wanderers, el equipo que provocó el nacimiento de este torneo gracias a su triunfo sobre el Honved, no debutó en ella hasta 1958 cuando sumó su segundo título de Liga y pudo estrenarse en una competición de la que puede reclamar la paternidad. Y nadie estaría en condiciones de negársela.

A continuación la primera final que dio como campeón al Real Madrid, quien confirmaría su paternidad años más tarde.

Todos los campeones de la Champions, el último es el Barcelona

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La Champions League es en la actualidad el torneo de clubes más importante del mundo donde se reúne lo mejor del planeta fútbol, pero: ¿Cómo nació la orejona? Te sorprenderá saber el particular origen y la cruzada que debieron emprender los equipos a la par con un histórico medio de comunicación para poder concebirla.

Para ello, nos iremos a la Inglaterra de 1954. Allí, los ingleses vivían aún conmocionados con las dos goleadas que su selección sufrió a manos de la poderosa Hungría de Zoltán Czibor (uno de los mejores extremos en la historia del fútbol), el delantero Sándor Kocsis y el histórico Ferenc Puskás (Considerado uno de los mayores goleadores de todos los tiempos).

La hecatombe ocurrió un año antes, en 1953, aunque aún dolía. El 3-6 de Wembley, que se transformó en la primera derrota inglesa en su templo sagrado, y el 7-1 en la mal llamada ‘revancha’ disputada en Budapest se habían convertido en una herida que no podía sana en el orgullo británico.

Durante décadas los ingleses se habían sentido los amos y señores del fútbol, pero la aparición de los ‘magiares mágicos’ le dieron una dura bofetada en la cara, pues notaron que en otras partes del mundo existían equipos que ya jugaban mejor que ellos.

El comienzo de una gran idea

El campeón inglés en ese tiempo era el Wolverhampton Wanderers liderado por el mediocampista Billy Wright, el único internacional con el que contaba el equipo en aquel momento. En otoño de 1954 a los ‘wolves’ se les ocurrió la genial idea de invitar a un par de clubes del Este a jugar unos amistosos en su estadio.

Uno de los cuadros invitados fue el Honved de Budapest en el cual se encontraban seis titulares indiscutidos de la selección húngara, incluidos los ‘gigantes’ Czibor, Kocsis y Puskás. Un peligro latente para los ingleses.

El 23 de diciembre el Molineux Stadium se repletó con 50 mil hinchas que asistieron ilusionados con ver a su equipo medirse ante el teóricamente mejor conjunto de toda Europa.

Rápidamente, a los 20 minutos, los húngaros ya vencían por 0-2 (Koscis y Machos), y con su mejor contingente, al Wolverhampton. Los hinchas ingleses no podían creer lo sucedido y comenzaron a pensar que la tremenda goleada de Wembley podría repetirse.

Pero llegó al respuesta de los ‘wolves’ quienes cuando no quedaba nada para finalizar la primera mitad anotaron el descuento tras lanzamiento penal, dejando las cosas 1-2.

Ya en la segunda mitad el Honved apenas existió y el Wolverhampton se fue con todo en busca de la victoria, consiguiéndola gracias a las dos ‘pepas’ de Swinbourne que desataron el delirio en las gradas del estadio.

Una reacción inesperada

La victoria provocó una inesperado entusiasmo en el público y sobretodo en la prensa inglesa que se tomó aquello como una de las grandes hazañas del fútbol. El Daily Mail, desatado, publicó ‘Campeones del Mundo’ en una portada que dio mucho que hablar en toda Europa. Sobretodo en Francia.

El periódico francés L´Equipe, a través de uno de sus grandes especialistas en fútbol, argumentó que era demasiado exagerado considerar al equipo inglés como el mejor del mundo porque el “Honved de Budapest había jugado en campo contrario después de un largo viaje. Para ser justos se deberían haber enfrentado en dos partidos, uno de ida y otro de vuelta.

Los editores del medio galo recibieron con fervor la propuesta de su redactor y comenzaron de inmediato con una particular campaña: Celebrar un torneo entre los campeones de cada una de las federaciones europeas para ver cual de ellos era el mejor. Los franceses se movieron para conseguir adeptos a su causa.

Durante varios meses se intercambiaron llamadas y correos entre los ‘grandes’ del fútbol europeo y el 2 de abril de 1955 convocaron a una reunión de urgencia en París a los dirigentes de los principales clubes que habían conquistado el título de sus ligas.

Allí estuvo el mítico Santiago Bernabéu, presidente del Real Madrid, uno de los más entusiastas con la idea de L´Equipe. Consciente de que el futuro del conjunto blanco pasaba por esa competición.

No hizo falta mucha discusión para llegar a un acuerdo. En apenas unas horas acabaron de crear la Champions League. No se pudo llamar Copa de Europa, pues la UEFA, que por entonces solo tenía un par de años de existencia, reservaba ese nombre para lo que sería la Eurocopa y porque se mostró algo receloso a la disputa de un torneo que terminaría por convertirse en su principal fuente de ingresos.

Al día siguiente se celebró el primer sorteo de la primera edición en la que compitieron 16 equipos: Lobogó, Sporting de Lisboa, Anderletch, Servette, Real Madrid, Rot-Weiss-Essen, Hibernian, Djurgardens, Gwardian de Varsovia, Partizán de Blegrado, Copenhagur, Stade Reims, Rapid de Viena, PSV, Saarbrucken y Milan.

La federación inglesa no tomó parte de la primera edición y se estrenó en la segunda con el Manchester United. El 4 de septiembre de 1955 se disputó el primer partido en Lisboa entre el Sporting y el Partizán el cual acabó 1-1.

El primer gol de la competición fue obra de Martins, cuyo nombre quedó impreso en la historia del fútbol. El primer campeón de la Champions fue el Real Madrid.

Curiosamente el Wolverhampton Wanderers, el equipo que provocó el nacimiento de este torneo gracias a su triunfo sobre el Honved, no debutó en ella hasta 1958 cuando sumó su segundo título de Liga y pudo estrenarse en una competición de la que puede reclamar la paternidad. Y nadie estaría en condiciones de negársela.

A continuación la primera final que dio como campeón al Real Madrid, quien confirmaría su paternidad años más tarde.

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