La temporada de caza de osos negros, que en medio de una polémica fue reabierta por primera vez desde hace 21 años en Florida (sureste de Estados Unidos), terminó en apenas 48 horas con la muerte de unos 300 plantígrados, informaron autoridades locales.
“La caza de osos 2015 terminó oficialmente”, anunció el domingo por la noche la Comisión de conservación de la fauna de Florida (FWC, en inglés) en un comunicado.
Los cazadores se acercaron a la cuota fijada de 320 especímenes, para una población de osos estimada en 3.000 en el estado, mucho más velozmente que en los siete días previstos por el FWC.
La cosecha de los cazadores –provenientes principalmente del norte del estado– “ayudará a estabilizar el crecimiento de la población y, a la vez, mantener un número adecuado de osos”, prosiguió la FWC.
Pero los defensores de los animales criticaron que se activara tan rápidamente la temporada de caza de este plantígrado. La cacería se aprobó sólo tres años después de que el estado retirara al oso negro de su lista de especies en peligro.
En total, 3.778 cazadores probaron suerte con la compra del permiso, que costaba 376.900 dólares. El dinero será invertido sobre todo en mejorar la gestión de los residuos, que significan un problema porque atraen a los grandes mamíferos a las zonas pobladas.
La caza de osos, que fue prohibida en 1994, se limitó este año a una presa por cazador y a condición de que el ejemplar pesara más de 45 Kg, con la idea de proteger a los oseznos.
Hay osos en 41 de los 50 estados de Estados Unidos. En 33 de ellos, donde la cacería está autorizada, su población estable o aumenta, asegura la FWC.