Fue de compras a China y resultó detenida por esconder cocaína en su computador portátil arriesgando pena de muerte. Esa es la información que recibió la preocupada familia de la modelo y futbolista colombiana Juliana López, entregada por las autoridades asiáticas. Los parientes de la deportista iniciaron una campaña para juntar los fondos necesarios para ayudarla.

Con sólo 22 años la joven podría morir en manos de la justicia china. A ello se sumó la detención de su novio, Juan Esteban Martín, dos días después, a quien se le arrestó por las mismas causas, arriesgando idéntica sentencia.

Fue en el aeropuerto de Cantón, ciudad al sur de China, en donde el pasado 18 de julio la policía habría encontrado la sustancia ilícita entre las pertenencias de la modelo. Sin embargo, la familia y conocidos de la joven se sorprendieron e indignaron al recibir la noticia, puesto que la joven no tendría razones para portar cocaína, según señaló el sitio español El Mundo.

“Creemos que le tendieron una trampa o actuó bajo presión porque ella no es de ese tipo de mujeres”, aseguró un tío de la deportista, David Muñoz, portavoz de la familia, quien inició la campaña para juntar dinero e ir en ayuda de su sobrina.

Sin embargo, la falta de comunicación y distancia entre Colombia y el país asiático, ha dificultado la claridad de la información sobre el actual estado de los jóvenes, lugar en donde los detenidos no pueden llamar a sus familiares y las penas por arresto tras portar droga son inmensas.

Aún así la familia de Juliana cree fielmente en la inocencia de la modelo, asegurando que su dedicación en el club deportivo Las Divas del Fútbol, sus estudios de universitarios de contabilidad y su carrera en el modelaje, calzaban perfectamente en su horario y bolsillo, sin que tuviese necesidad de ingresar en el mundo de las drogas.

Incluso sus conocidos la describen como una persona sin ambiciones desmedidas que sólo había viajado a China -tal como lo hizo en 2014- para comprar ropa y accesorios que luego vendía en Medellín, ciudad en la que vivía. “No estoy interesada. Perdón si soy grosera o algo parecido, pero yo no necesito ser dama de compañía de nadie”, escribió hace un tiempo en su cuenta, luego que se le ofrecieran cerca de un millón de pesos para ser dama de compañía.

Por ahora, los padres de Juliana están destrozados e intentan juntar el dinero para contratar un abogado y un traductor, además de comprar los pasajes para viajar a China, sin saber ni siquiera el paradero de los jóvenes. Según calcularon, los gastos podrían elevarse a los 40 millones de pesos.

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