Giuseppe Marrone explica a los comensales cómo preparar perfectos ñoquis mientras beben un cóctel en su departamento de Nueva York, que por esa noche de domingo se transformó en algo parecido a un restaurante.
Guiseppe, de 29 años, quien trabajó en The Ritz y espera algún día tener su propio restaurante, abre su hogar a ocho desconocidos, a quienes por 60 dólares por persona ofrece junto con su amiga Chiara Mortaroli un menú con tres platos, regados con vinos y cócteles.
¿Cómo llegan a ellos? A través de CookApp, una aplicación creada en Argentina a fines de 2013 y disponible en Nueva York desde febrero pasado, que vincula a fanáticos de la gastronomía y permite a los amantes de la cocina convertir sus hogares en un improvisado restaurante.
Mortaroli, de 28 años, que trabaja en una galería de arte en Chelsea, descubrió CookApp en Facebook y sintió que era la manera perfecta de combinar su amor por la cocina y su pasión por conocer gente nueva.
Es la segunda vez que recibe gente en su casa, y ya participó en otras dos cenas bajo esta modalidad.
“Me encanta conocer gente de lugares remotos, sobre todo de culturas diferentes, y cuando Chiara me comentó esto, dije ‘¡Vamos!’”, dice por su parte Giuseppe, de 29 años, quien trabajó durante un tiempo en el Ritz y espera tener un restaurante propio.
Los dos jóvenes trabajan en la cocina para preparar la pasta, el postre y los tragos con los que agasajarán a sus clientes esa noche. Además, cada uno se volverá a su casa con la receta de los ñoquis y de la tarta en un pergamino enrollado con delicadeza.
Grupo variopinto
El menú consistió en ensalada de maricos, bruschetta y crocantes de salmón como entrada, luego ñoquis con ragú que Morrone tuvo el placer de decir que le llevó 18 horas preparar. De postre, tarta de limón.
Sin internet el variopinto grupo jamás se hubiera reunido. Tampoco, por supuesto, si no compartieran el interés por la gastronomía y en conocer gente nueva.
“¡Por Dios! Me encantó la cena. Me pareció super divertida”, dijo a la AFP Lauren Ruotolo, ejecutiva de una editorial.
“Guiseppe realmente te hace sentir que eres parte de su vida, me pareció genial”, dice Ruotolo, quien vino de Gramercy Park para probar una experiencia en otro barrio de la ciudad.
A Jeni Kreiger le encanta cenar cada tanto en los mejores restaurantes de Nueva York. Pero lo que descubrió en la casa de Giuseppe -más íntimo- le entusiasmó: “Ya volví a hacer los ñoquis en casa, estuvieron muy buenos; a mi novio le pareció increíble”.
Además “desafié a (otro comensal) Roberth a una competencia de rueda de carro en la terraza (del apartamento), ¡esto es algo que no se puede hacer en un restaurante!”, exclamó.
Conectar personas
Medio centenar de cenas fueron organizadas en Nueva York desde el lanzamiento de CookApp en febrero, cuenta a la AFP su cofundador Pedro Rivas.
En una ciudad que permanentemente recibe nuevos curiosos, los mejores clientes de CookApp son justamente los que acaban de llegar. “CookApp permite conectar personas que no conocen a mucha gente en la ciudad”, asegura Rivas.
“Por supuesto, hay personas más jóvenes y otras menos, pero la mayoría oscila entre 25 y 45 años”, cuenta.
Para poder recibir gente en sus casas, primero se debe presentar un pedido de inscripción y recibir la aprobación del sitio.
“Buscamos tres cosas: la limpieza y la seguridad, aptitudes culinarias y, lo más importante, que sean buenos anfitriones”, dice Rivas.
Luego de la cena, se evalúa con una nota al autor: y en 95% de los casos, el resultado es de cuatro o cinco estrellas en un máximo de cinco, se congratula el argentino, que resalta otro aspecto de la aplicación:
“Hay un montón de aplicaciones creadas para encuentros amorosos, y esto es un evento social. ¡Pero incluso así a veces se da, lo vi de primera mano!”, excalama Rivas.