El judoca argentino Emmanuel Lucenti, que este martes consiguió un diploma olímpico en la categoría de -81 kilogramos, reveló que no pudo dormir lal0vtl0noche anterior por los nervios y el ruido que se escuchaba en la Villa Olímpica.

“No dormí en toda la noche. Estaba cansado pero me levanté, gané el primer combate y le dije al técnico: hoy estoy bien”, explicó a la AFP el atleta, de 27 años.

Los nervios por participar en sus segundos Juegos Olímpicos tras Pekín-2008, cuando cayó en primera ronda, y la música que sonaba en la madrugada en la Villa causaron el insomnio del judoca.

El también medallista de bronce en los pasados Juegos Panamericanos de Guadalajara-2011 avanzó hasta cuartos de final pero se topó con el surcoreano Kim Jae-Bum, a la postre campeón del torneo.

En el repechaje para pelear por el bronce volvió a caer ante el canadiense Antoine Valois-Fortier.

El judoca de la provincia argentina de Tucumán (norte), de 27 años, tenía sensaciones contradictorias cuando se presentó, sereno, ante la prensa.

Por un lado estoy satisfecho “porque no todos los día se tiene la suerte de traer un diploma pero también un poco de sabor amargo porque toda mi vida soñé con la medalla olímpica y haberme quedado a una lucha de pelearla me pone un poco triste”, afirmó el argentino, que quería dedicarle la medalla a los habitantes de Tucumán.

En los últimos combates, Lucenti también estuvo mermado por una lesión en un abductor.

“No estuve en mi mejor condición (…) pero al menos alcancé las instancias finales”, afirmó el judoca, que lamentó la distancia en los recursos económicos que recibe respecto de sus competidores.

Apoyado por su padre desde la grada, el argentino se felicitó sobre todo por el triunfo en octavos de final ante el francés Alain Schmitt, a quien dijo que tiene por uno de los mejores judocas del mundo.