Durante los últimos tres años, la Asociación Nacional de Funcionarios de Aduanas (Anfach) ha venido denunciando la crisis por la cual atraviesa el Servicio Nacional de Aduanas, cuyo diagnóstico está basado en la falta de recursos humanos, materiales y financieros, así como también en la decadente gestión que se ha hecho por parte de las últimas máximas autoridades, las cuales se han escapado a la misión que por ley les corresponde ejercer y que apuntan básicamente a la fiscalización y al control de las mercancías que ingresan y salen del país.

Estas denuncias y exigencias de una real modernización del Servicio nos ha llevado al Parlamento, al Gobierno, y a la movilización nacional en un paro que duró tres días en Enero del año 2010 y que se materializó en un protocolo de acuerdo con el Gobierno que a la fecha no es respetado por el Estado de Chile. En dicho acuerdo se contemplaba la presentación de un proyecto modernizador del Servicio que definitivamente posicionara a la Aduana de Chile como una institución para el siglo 21.

Por su parte, el Gobierno a través del Ministerio de Economía, durante el año pasado formuló las 50 medidas de la Agenda de Impulso Competitivo (AIC) a la cual nos opusimos junto a gremios del sector portuario, aduanero y del transporte, lo que obligó al Ejecutivo a paralizar seis de ellas, todas relacionadas con el Comercio Exterior, e instalar mesas de trabajo para avanzar en mejores medidas que realmente ayuden a la competitividad del país y que no fomenten la concentración económica y su centralización política.

Sin embargo, con asombro y preocupación, a través de la prensa nos hemos enterado que durante febrero del presente año el Gobierno anunciará dentro de la AIC la Modernización de Aduanas, según lo manifestado por el propio Ministro Longueira; situación que junto con tomarnos por sorpresa, escapa a toda realidad ya que al interior del Servicio nada se sabe, más aún nada se ha hecho para poder determinar una nueva estructura organizacional, pues no existe una revisión de la planta de funcionarios, ni menos se ha materializado un plan estratégico que apunte en el sentido que el Gobierno quiere informar.

Por lo anterior, informamos a la opinión pública que en Aduanas no existe ningún Plan Modernizador, y por lo tanto manifestamos nuestro total rechazo a las acciones dilatorias del Gobierno que lo único que hacen es confundir a los actores del comercio exterior, junto con provocar completa incertidumbre y frustración en nuestros funcionarios; situación que poco parece importarle a las autoridades, toda vez que el propio Subsecretario de Hacienda pese a constantes solicitudes de reunión, se ha negado permanentemente a recibir a nuestra organización, lo que sólo viene a confirmar su desinterés por escuchar a los trabajadores.