Mientras el príncipe Guillermo y Kate Middleton contraen matrimonio, los republicanos británicos celebrarán el viernes en Londres su “No Boda Real”, un festejo a la “democracia y al poder popular, y no a los privilegios heredados”.

La fiesta del “Not the Royal Wedding”, convocada en una céntrica plaza de Londres por el grupo antimonárquico Republic, será simultánea a la fastuosa ceremonia en torno a la boda real, aunque en un lugar diferente.

Así, “los 10 millones de británicos republicanos (sobre una población de 63 millones) no serán ignorados ni se esconderán”, asegura en su sitio internet Republic. A “diferencia” de los festejos reales, “nosotros festejamos la democracia y el poder popular, y no los privilegios heredados”, añade.

En plena resaca post-boda real, el grupo albergará el sábado en Londres la Segunda Convención de la Alianza de movimientos republicanos europeos, con la participación de militantes de países regidos por monarquías (España, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Noruega y Suecia).

“Cada vez es más fácil ser republicano en el Reino Unido, tenemos cada vez más apoyo”, asegura a la AFP Emily Robinson, presidenta ejecutiva de Republic, grupo que dice representar a ese casi 20% de británicos republicanos y cuenta con 12.000 miembros de todo el espectro político y social del país.

“Nuestros apoyos se han multiplicado por dos desde el anuncio de la boda (en noviembre pasado)”, añade Robinson, y lo atribuye esencialmente al enojo por el alto coste de la boda.

En la fiesta republicana de la “No Boda Real” no faltarán ni la música (especialmente jazz) ni la comida, ni los “artículos republicanos”, con alusiones irónicas a la monarquía.

Por ejemplo las camisetas con la inscripción “Soy un ciudadano no un súbdito” o las tazas “republicanas”, en oposición a los miles de tazones vendidos hasta ahora con las efigies de Guillermo y Kate. En ellas, se puede leer “I’m not a royal weeding mug” (“No soy una taza de boda real”), pero se juega deliberadamente con el doble sentido de “mug”: taza y tonto.

La lista de algunos invitados a la boda real provocó además el enojo de los republicanos, molestos por la presencia de líderes de Arabia Saudita, Suazilandia, Kuwait o Lesotho, entre otros países.

“Parece el ‘who’s who’ de los tiranos y sus compinches”, se queja Graham Smith, directivo de Republic. “¿Qué ha pasado con la supuesta conciencia social de Guillermo? Debe asumir su responsabilidad personal en ello y rescindir inmediatamente estas invitaciones”, añade Smith, para quien “Guillermo y Kate han sido instrumentalizados al hacer la lista (de invitados)”.

Los republicanos británicos quieren que la monarquía sea reemplazada por un jefe de Estado electo y que haya una nueva Constitución republicana. “Es una institución rota que hace ya tiempo abdicó de cualquier responsabilidad en el poder, pero que sigue recibiendo lo que pueda de los contribuyentes”, sentencia el grupo en su sitio electrónico.

Pero no parece demasiado cercano el momento en que los británicos “se deshagan de su monarquía”, como desean los republicanos. Es cierto que un sondeo divulgado esta semana demostró que sólo poco más de un tercio de los británicos está realmente entusiasmado con la boda real.

Sin embargo, esta aparente falta de fervor nupcial no impide que un 67% de los británicos crea que la monarquía británica es todavía apropiada en el siglo XXI, y otro 63% que su país está en mejor situación con una familia real que sin ella.