Edwards y Louise Brown, junto con su madre y su hijo | La Gaceta

Edwards y Louise Brown, junto con su madre y su hijo | La Gaceta

Louise Brown, la primera ‘bebé probeta’, se declaró el lunes “encantada” por la atribución del premio Nobel de Medicina a Robert Edwards, el hombre que permitió su nacimiento en 1978.

“Es una noticia fantástica, yo y mi madre estamos encantadas de que uno de los pioneros de la fecundación in vitro reciba el reconocimiento que merece”, afirmó Louise Brown, de 32 años, en un comunicado publicado conjuntamente con su progenitora, Lesley Brown.

“Tenemos un gran afecto por Bob y nos complace enviarle nuestra felicitación personal, para él y para su familia”, agrega el texto.

Edwards, de 85 años, y el ginecólogo Patrick Steptoe, fallecido en 1988, desarrollaron una innovadora técnica de fecundación in vitro, cuyo primer éxito fue el nacimiento de Louise Brown.

Una portavoz de Edwards dijo que el médico, de 85 años, está demasiado débil para conceder entrevistas pero que a lo largo de su carrera defendió que “lo más importante en la vida es tener un hijo”.

Su esposa, Ruth Edwards, dijo que la familia estaba “emocionada” por el premio. “El éxito de esta investigación afectó las vidas de millones de personas en el mundo”, agregó en un comunicado.

Edwards y Steptoe fundaron también la primera clínica de fertilidad del mundo, Bourn Hall, en Cambridge, donde perfeccionaron el procedimiento que hasta el día de hoy a hecho posible el nacimiento de unos cuatro millones de niños en todo el mundo.

Su director, Mike Macnamee, rindió homenaje este lunes a “uno de nuestros más grandes científicos”, cuyo “trabajo inspirador a principios de los 60 llevó a un gran avance que ha mejorado las vidas de millones de personas en todo el mundo”.

“Toda la gente que trabajó con él y fue tratada por él le tiene un gran afecto. Estoy muy contento de que mi gran mentor, compañero de trabajo y amigo haya sido reconocido de esta manera”, agregó Macnamee en un comunicado.

El director médico de la clínica, Tom Mathews, recordó que lo que más le impresionó cuando le conoció en 1983 fue su “pasión y entusiasmo” por la fecundación in vitro. “Se regocijaba con cada nacimiento”, dijo.

Mathews indicó también que era una personas “muy avanzada para su época”, puesto que hablaba de “embriones congelados, cultivos de blastocistos mucho antes de que la gente pensara que estas técnicas científicas pudieran ser una realidad”.