Al menos cinco muertos y más de un millar de damnificados dejaban el martes las graves inundaciones y derrumbes de tierra causados por fuertes lluvias en Perú, que caen sin pausa desde el fin de semana en el este y sur del país, según informó la Defensa Civil.
La cifra de muertos se podía incrementar con el correr de las horas conforme se centralice la información que llega a la Defensa Civil desde diversas zonas de la región andina de Cusco (sureste), la más afectada por las lluvias, estimaron socorristas.
Las víctimas son en su mayoría campesinos que vivían en zonas aledañas a la ribera del caudaloso río Vilcanota, que se desbordó e inundó casas modestas de adobe y paja, y derrumbó más de 30 viviendas de caseríos.
Según las autoridades locales, dos hombres murieron al caer al río Vilcanota, uno más arrastrado por un alud en la provincia de Calca y una madre y su hijo, menor de edad, en la ciudad de Cusco, cuando su casa colapsó por las lluvias.
Medios locales señalan que una turista argentina de 20 años y un guía peruano de 33 murieron en el Camino del Inca, en las proximidades de la ciudadela incaica de Machu Picchu, pero las autoridades aún no confirmaban esa información.
Una patrulla policial partió a la zona donde estaban la turista y otros pobladores para confirmar estos reportes, dijo a la AFP una fuente policial de la comisaría de Machu Picchu.
La Defensa Civil cifró en “1.332 los damnificados que perdieron todo por las lluvias en las regiones andinas de Cusco y Apurímac”. Además, indicó que había “12.167 afectados, que perdieron parte de sus pertenencias”.
En Cusco, la antigua capital del imperio inca y principal ciudad turística de Perú, se registró la destrucción de más de 250 viviendas y el colapso de dos puentes que conectan a la ciudad con pueblos del interior de esa región.
Las lluvias obligaron además a las autoridades locales a suspender un puente aéreo que la mañana del martes pugnaba por ingresar a Aguas Calientes, poblado vecino a la ciudadela inca de Machu Picchu, para evacuar a unos 1.900 turistas, entre ellos europeos, estadounidenses y latinoamericanos varados en la zona por el bloqueo de la vía férrea.
El gobierno peruano destinó cuatro helicópteros, uno de la policía y tres de las fuerzas armadas, a los que se sumaron dos helicópteros privados para el operativo de evacuación, una acción sin precedentes en Perú por el alto número de personas a desplazar por vía aérea.
La evacuación es lenta y el lunes apenas 70 turistas pudieron ser sacados de la zona. El primer ministro Javier Velásquez estimó que la tarea de rescate se podría acelerar durante la jornada tras superarse problemas de abastecimiento de combustible para las aeronaves militares.
El gobierno envió dos toneladas de ayuda humanitaria por vía aérea desde Lima a Cusco, llevando alimentos no perecibles y más de 1.000 carpas para la población damnificada.
Además, 20 toneladas de ayuda fueron enviadas por vía terrestre, señaló la Defensa Civil.
Los daños causados superan los 500 millones de nuevos soles, unos 150 millones de dólares, según el presidente regional del Cusco, Hugo Gonzales.
El primer ministro Javier Velásquez viajó a Cusco, junto a parte de su gabinete ministerial y con el jefe de la Defensa Civil, para evaluar los daños y tomar acciones de urgencia con las autoridades del gobierno de Cusco.
Cusco, la región más afectada por las lluvias, fue declarada en emergencia por 60 días el lunes.