Hasta el tribunal penquista recurrió el director subrogante del Hospital Traumatológico de Concepción, Ernesto Besser, quien solicitaba que se le autorizase a operar a la paciente de ese centro asistencial, Benita Luengo de 81 años.
El motivo, según el profesional, es que la mujer presenta una fractura en su femur izquierdo y problemas en el muslo de la misma pierna, que hacen de suma urgencia intervenirla o de lo contrario aumentan considerablemente las posibilidades de que se agrave colocando en riesgo su vida.
El problema es que la paciente se niega tajantamente a la operación alegando que la quieren perjudicar.
El medico traumatólogo recurrente presenta ademas un certificado de un colega siquiatra que establece que la anciana también sufre serias afecciones mentales, básicamente un trastorno delirante paranoico, que hace imposible lograr que razone para aceptar la intervención
La Corte de Apelaciones de Concepción antes de resolver el caso intento contactar a un familiar de la paciente, particularmente un hijo, pero fue imposible ubicarlo y tampoco concurrió a las citaciones del Servicio Salud penquista.
Con los antecedentes, considerando el estado de salud de la mujer y que esta en riesgo su vida, los ministros autorizan a los médicos del hospital traumatológico a operar contra su voluntad a esta mujer de 81 años.